lunes, 26 de julio de 2010

Regreso

Tengo los ojos cansados después de conducir durante siete horas de cara al sol. "Que verde tan exuberante" dijo mi mujer, y vi que resplandecían los prados, pero la idea de volver no me ponía precisamente contento. Era volver a las oficinas, a Grand Central Station, al tren nocturno que me lleva a casa, a la incomodidad de llevar traje un día de calor, al cansancio, al provincianismo, a una parte pequeña del mundo, a la falta de emociones. Que no haya héroes aquí no significa que no los haya en ninguna parte. Me gustaría conservar la sensación de estar lejos de Nueva York, de sus ruidos y agitación. Me gustaría conservar la sensación de que éste es un pequeño rincón del mundo; de dominarlo, de no tomarlo demasiado en serio.

John Cheever, Diarios.

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