domingo, 28 de marzo de 2010

Cine

Por un lado tenemos a Estocolmo, diez grados bajo cero, o sea, mucho pero mucho frío, una madre ausente, un padre homosexual y una tasa de suicidios delirante, pero especialmente tenemos a un rubión divino de doce años llamado Oskar; por otro lado tenemos sangre, vampiros y a Eli. Oskar + Eli: una gran historia de amor. De yapa, una fotografía tan bella como la música y una secuencia final para no olvidar por un tiempo.

Dejame entrar de Tomas Alfredson.

viernes, 26 de marzo de 2010

Preludio de un teatro: El Macrismo y la situación del Colón

Por el Colectivo Hombre Nuevo, el docu Preludio de un teatro:

Primera Parte
Segunda Parte
Tercera Parte

miércoles, 24 de marzo de 2010

1980

También me acuerdo, Paco, años después - ¿cuatro? ¿cinco?- de la casa clandestina por el barrio de Constitución donde nos reuníamos a veces. Y del gesto que me hiciste - pulgar derecho hacia abajo, como los emperadores de Roma - cuando me abrías la puerta esa vez que me tenías que anunciar que la organización me mandaba a Europa, al exterior. Ni vos ni yo queríamos que yo me fuera. Ya se moría menos de muerte natural y ninguno de nosotros quería irse del país, de eso que había empezado en el país.
Y después, te mataron. Te ibas volviendo cada vez más hondo para entonces, más alegre y humano. Sigo pensando, hace años que lo pienso - ¿cuatro? ¿cinco? - que era mejor que te mandaran a Roma a vos. Ahora estarías haciéndote de comer en tu casita, recordándolo al Moro, recordándome, lejos, cerca.
No me quiero morir en lugar tuyo, aunque a veces quisiera estar en tu lugar. Lo que pasa es que una vez me dijiste que ibas a vivir ochenta años, y yo te creí. Y todavía te creo.

Juan Gelman, Roma, 29-5-1980

lunes, 22 de marzo de 2010

Mundial

Ojalá la selección llegue
a la final del Mundial
aunque no me interese tanto
que salga campeona.
Lo que me interesa es saber
tener la certeza
de que estés donde estés
durante esas dos horas
de una tarde fría
de finales de junio
vas a estar mirando
lo mismo que yo.


Un poema que me encantó de Viajemos en subte a China, de Ignacio Molina.

miércoles, 17 de marzo de 2010

El capitan Manu


Yo sé que si clickeas en la imagen te vas a emocionar un toque. Haceme caso, aunque no seas del rojo, aunque no seas fan de ningún comic. Haceme caso, hace clic y disfruta. Ahora, si te copaste, acá tenés más de las aventuras del Capitan Manu.


lunes, 15 de marzo de 2010

In fraganti


viernes, 12 de marzo de 2010

Me dijo, evidentemente por mi camisa psicodélica

cierta payasa que hacia malabares en el casorio del sábado:

- Vos te pareces a Enrique Iglesias...

Sin palabras.

jueves, 11 de marzo de 2010

Mariana Enriquez por Silvina Friera

A lo mejor personalmente porque tuve insomnio mucho tiempo; después empecé a pensar en el insomnio como un lugar muy extraño, como fuera del tiempo, fuera de los ritmos de los demás, que te hace estar en la vida como un zombie, que tiene una connotación metafórica con los muertos-vivos. El insomnio es un lugar de atención muy extrema. Y está muy relacionado con la locura, que a mí me interesa en especial en la adolescencia porque es el momento en que suele manifestarse. Hay una línea muy fina entre el adolescente que está experimentando y el adolescente que está teniendo un problema de salud mental; esa ambigüedad y esa confusión me interesaba trabajar. No sé cuántas de las chicas de los cuentos están locas en serio o qué...

miércoles, 10 de marzo de 2010

Para leerlo todas las mañanas

y no quedar zooropa, voy a escribir en mi fondo de pantalla: ponele pilas a tu vida ponele pilas a tu vida ponele pilas a tu vida ponele pilas a tu vida ponele pilas a tu vida ponele pilas a tu vida ponele pilas a tu vida ponele pilas a tu vida ponele pilas.

martes, 9 de marzo de 2010

Esas lindas movidas cordobesas

Además, por si fuera poco van a estar las divinas chicas de los pliegues-despliegues...

domingo, 7 de marzo de 2010

Espacio de publi


Para las chicas que quieren aprovechar los últimos soles del verano leyendo un buen libro en la pile; también para ustedes, los muchachitos que se aburren los domingos y andan por la vida deseando fusionar un touch la actitud punki con la melanco del indie. Como sea, la buena noticia es que ya pueden conseguir Crossover en librería Cobra!!

miércoles, 3 de marzo de 2010

Chet

Milagrito


Podríamos escribir sobre lo que sea pero nos negamos a ello. En cambio, buscamos algo que falta ser dicho. Algo que, sin saberlo, todos esperan oír alguna vez. No escribimos más que sobre la búsqueda de aquello ignoradamente esperado. Esa búsqueda no tiene dirección alguna, es necesariamente errática. Sólo queda dar testimonio de ella, ya que, es claro, no se ha encontrado aquello que la originó. Ahora bien, es lícito preguntarse por el sentido de escribir sobre la búsqueda malograda de algo desconocido. Nuestra respuesta es que no tenemos respuesta. Sólo cabe continuar, en tanto sea posible escribir acerca de algo, mientras algo exista que pueda ser referido. Creemos que buscar un sentido no tiene sentido. Nuestra búsqueda no persigue sentido alguno ni tampoco tiene un sentido intrínseco ella misma. Sólo busca algo que desconoce, con la única certeza, eso sí, de que ese algo existe.


Milagros King

martes, 2 de marzo de 2010

Pedazo de cuento


Pitu no paraba de contar lo bien que le hacía el aire de las Sierras, hasta llegó a decir que la rejuvenecía y Hernán supo que lo decía en serio. Por lo demás, solo emitía comentarios para que ella se quedara contenta, para que continuara hablando al tuntún. Estaban saliendo de Buenos Aires rumbo a San Agustín, los primeros días de marzo: Hernán, con catorce años, acompañaba a su abuela en las primeras vacaciones después de la muerte de Félix. Mirtha, la madre de Hernán, se les uniría unos días después. Las precauciones y los consejos habían sido muchos y repetidos: que no tome frío, que no la deje tomar, que se cuide, cuidado en la ruta, que la abuela no ande sola por ahí. La abuela, con la salvedad del alcohol, había recibido idénticos consejos en relación a la seguridad de Hernán. La noche del viaje estaba muy fría y para colmo habían prendido el aire. Hernán le dijo a su abuela Pitu que estaba cansado, entonces se colgó el mp3 y se puso a mirar por la ventanilla. Al rato se quedó dormido. Lo despertó la voz de su abuela:

– Para mi el ocio no es revolucionario, querida Julia…

Hernán abrió los ojos. Pitu charlaba con la mujer del asiento de al lado. Tendría unos cuarenta (a Hernán le gustaba adivinar la edad de la gente) y viajaba con un nene chiquito, de unos cinco o seis, que jugaba en el asiento con unos muñecos enormes. Estos se tiraban misiles y peleaban y un par de veces cayeron al suelo del bus. La abuela Pitu no tardó en pedirle que cambiara de asiento con Julia para que las dos pudieran charlar con más tranquilidad sobre estética, corrientes políticas y marxismo…


lunes, 1 de marzo de 2010