jueves, 30 de octubre de 2008

Cosas que pasan


Estuve a punto de comenzar esto con una cita enmascarada de Fabián Casas. Mi línea, antes de borrarla, comenzaba así: “Quiero aclarar de entrada que soy un reverendo sentimental”. Ahí paré el carro. La idea es la misma, lo que quiero decir es que me considero un gran sentimental y, cada tanto, sufro de ataques de cursilería notables, de los cuales no se si sentirme orgulloso o aceptarlos con resignación. Siguiendo el pulso radial del último jueves, hace unos días escuchaba por la Metro la entrevista que Matias Martin le hacía al responsable de una agrupación solidaria cuyo nombre se me olvida. Me di cuenta de algo: el hambre, la forma más baja de la pobreza, me demuele. Me desencaja, me afecta, me pone muy mal. Es la realidad oculta de los mecanismos mediáticos, publicitarios pero también personales. Y también quiero aclarar que tengo una predilección por la anécdota dramática, el acto solidario que cuanto más simple más me pega. En este caso, la historia de un limpiavidrios que le ayudaba con pañales y leche en polvo a una mujer que, con un bebe en brazos, pedía todos los días en la puerta de Tribunales. Ahí mismo, rotura expuesta de las napas sensibles. Bastante quebrado seguí pegando fotos: una vuelta de pegamento que cubra los bordes y otra vuelta para empapar el centro. Agarrar la foto de la punta. Ponerla arriba. Pegar otra y ahí, con las dos fotos, llevarla a la otra mesa para que se sequen. Fotografías de quinceañeras bailando el vals, casorios en la playa, baile, Vilma Palma tocando en vivo. Afuera ladra la perra coja porque me olvidé su comida. Apago la radio. Voy al baño sintiendo una pelota en la boca del estomago. Cuando salgo, veo un mensaje en mi celular: “Felicitaciones. Te ganaste dos entradas para el Personal Fest”


miércoles, 29 de octubre de 2008

La paranoia


Ayer escuchaba una promo de Perros de la calle, el programa radial que lidera ese tipo entre cool y berreta que personifica Andy Kusnetzoff, en la que José Pablo Feinmann respondía que si, que varias veces le inventó una cita a algún ilustre intelectual para “quedar como un duque”. Me quedé pensando si el gordito de Feinmann (dicho esto con simpatía, me produce una suerte de encanto como se ha ido transformando con los años en una especie de maestra de primaria jubilada y obesa) pensaba si Feinmann no estaba desbaratando un mecanismo que mejor guardar en el más profundo secreto; si Feinmann no funcionaba como ese mago con careta que cada tanto aparece por canal trece, ese mago que cuenta los entretelones de trucos de magia de hace diez o quince años atrás. Si Feinmann, entonces, no le daba sentido a mi paranoia: todo aquel que está citando oralmente, es en buena medida una enorme posibilidad de chamuyo.


martes, 28 de octubre de 2008

El arrepentimiento


"Es la noche del 28 de diciembre; suena el teléfono y respondo. Miro la hora: las 11 y media. Mi hermano Marcelo me habla desde la ruta.


-¿Te acordás del 31 de mayo del ´98, cuando te dediqué el campeonato de Vélez en “Fútbol de Primera”?- me descerraja a boca de jarro.


Cómo no me voy a acordar.


-Bueno- continúa, inexorable- Creo que no debí haberlo hecho.


Por una décima de segundo me estremezco. Lo imagino irrumpiendo en “Fútbol de Primera” a paso redoblado, dispuesto a enmendar la injusticia retirándome el homenaje; involuntariamente, aprieto el puño como atrapando un talismán.


-Tengo tres razones -se explica-. La primera es que uno no debería disponer de la totalidad de lo que sólo es parcialmente propio. Aquella noche, campeones habíamos salido todos, los jugadores y yo, de manera tal que al haber estado ausente del programa el plantel completo, yo no debí apropiarme de ninguna manera de lo que no era mío.


- La segunda razón es que si una dedicatoria contiene un sentido eminentemente personal, ya que uno expresa un sentimiento íntimo, de dicho modo debería hacérsela llegar al destinatario, y no por televisión.


- En tercer lugar- cierra- uno no debe dar al periodismo una herramienta tan poderosa como el conocimiento de la propia emotividad desnuda. Si todos los que acceden a ella le fueran a dar el trato que merece un sentimiento noble, podría ser, pero no hay garantías, no hay garantías.


La conversación gana caudal. Una parte de mi cabeza repite una maniobra que vi en algún partido de los que jugó la selección nacional, una jugada que sólo puede concebir una mente martirizadamente concienzuda. Ortega toma la pelota y el soplo de su irreflexión la conduce entre las piernas de varios rivales, se la pasa al Piojo López que generosamente se estira sobre la otra banda, como hacen los corredores olímpicos que están a punto de cruzar la meta, como hacen los pájaros, y éste la hace llegar a Batistuta, que está en el lugar justo en el momento adecuado, en ese sitio inacabablemente identificado y ocupado durante los fatigosos entrenamientos. Batistuta, con un remate despiadado transforma las largas horas de falta de autoindulgencia, de aplicación y de tenacidad, en gol argentino.

Recuerdo que le hablé de ese gol a mi hermano Marcelo.


´, me dijo, ´pero en las prácticas Bati no disparaba con violencia, sino que tenía que tocar suave a un costado del arquero, tomándolo a contrapierna. El tanto que te gustó no debió haber sido gol. Te voy a dar tres razones por las que no es justo que la jugada terminara como terminó...´"


Argentina, una luz de almacén de Rafael Bielsa.

domingo, 26 de octubre de 2008

Sobre como disfrazar la expectativa


Ahora el ritmo, los trazos, la ventana por donde pasa el camión de los basureros haciendo un chirrido sobre el asfalto. Frena a unos pocos metros. Subimos al taxi. Le pedimos que agarre Santa Fe, mientras empiezo a bajar la ventanilla para así prenderme un cigarrillo. Me gusta sentir el aire a mitad de la cara, como si alguien soplara en mi frente. Llegamos al quinto piso, sobre la mesa hay un diario en francés. Voy descifrando palabras a partir de las fotos o lo dibujos mientras me decís que vas al baño, que te espere en la habitación. En la parte de atrás del diario está el horóscopo, lo que me resulta rarísimo. Me pregunto de que signo serás, por ese asunto de la compatibilidad sexual, mientras doy vueltas por el departamento, admirando el orden, el desorden, pero por sobre todo las cosas en su correspondiente lugar, amontonadas. Siempre pensé que ordenar es una tarea dificilísima: en resumen no es más que mover cosas de un lugar a otro. Apilarlas. Pero no puedo. Son las cuatro de la mañana. Me saco las zapatillas y luego las medias. Estoy tan nervioso que tengo ganas de fumar hasta consumirme: todo depende de vos de vos de vos. Entonces me gritas que ponga el disco de Bjork que está sobre la cómoda, que ya venís.

viernes, 24 de octubre de 2008

Notas para una monografía sobre viajeros II


Quizá por eso, además, nos encanta recorrer la ciudad y caminar sus calles. Si la distancia de un punto a otro es menor a quince o veinte cuadras dejamos de lado los colectivos y los taxis y caminamos. Si es de noche- y es así en general: nuestro mejor ánimo en lo que ha caminatas respecta nos encuentra bajo el influjo de lo nocturno- si es de noche mucho mejor: la ciudad es otra. Creemos que hay dos tipologías de ciudad: la ciudad del trabajo y de la cotidianeidad, la ciudad del sol y, en su reverso, la ciudad de la mugre que también es la belleza sistemática de lo fantasmal. La ciudad vacía, la ciudad oscura, que no deja de ser la ciudad de los mendigos y la ciudad de los perros. Nosotros preferimos la última: esa ciudad cuyos signos nos atrae decodificar. Caminar a Buenos Aires de noche. ¿Será que caminar traza una inmediatez con la ciudad, una manera de intimar con ella? ¿Será que la caminata convierte a la ciudad en un suburbio?


martes, 21 de octubre de 2008

Tarde en la noche y con lluvia


Dejo el rollo de papel higiénico al costado de la cama: mi bendito resfrío ya liquidó dos carilinas y medio paquete de servilletas de papel. Durante la noche me despierta la tos, el dolor de garganta y en algún momento, creo que a las cuatro o cinco de la mañana, estiro el brazo y descubro que el rollo de papel se ha desplazado desde la cabecera hacia alguna parte desconocida de la habitación. Salgo de la comodidad de las frazadas para tantear el suelo con el pie y descubrir, ya casi resignado, que el rollo ha rodado hasta ocultarse debajo de la cortina. Me duermo. Sueño con lo último que vi en mi zapping furioso por la tele: serpientes constrictoras por discovery channel. ¿Una boa de seis metros puede digerirse a un ser humano? Si ¿Qué presión ejercen sus anillos? La de un colectivo de línea sobre el pecho. ¿Alguna otra información inútil? En mi sueño aparecía el dibujo del Principito, aquel del elefante dentro de la boa.


lunes, 20 de octubre de 2008

Escritos en la cama

Paula presenta Escritos en la cama el miercoles 22 de octubre a las 20 hs en Documenta Escénicas, Lima 364, Córdoba Capital.
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Presenta:
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Claudia Santanera

Lectura + música + fotografía

Música:
José Ianniello
( Guitarra, Bs As)
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Emilia Daveloza
.........( Saxo, Cba)
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Proyección y fotografía:
Melina Passadore
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y para cerrar, brindis.

jueves, 16 de octubre de 2008

Notas para una monografía sobre viajeros


El viajero no es aquel que viaja buscando los mismos signos de la ciudad que ha dejado atrás, sino aquel que pone a prueba una nueva legibilidad semiótica, la posibilidad de adecuarse a un nuevo espacio decodificando nuevos signos, nuevos parques, caminos, construcciones, mercancías. Aquel que se enfrenta a un lenguaje que no conoce y aprenderá a leer la nueva ciudad a medida que se desplace. El viajero supone dos fases: primero la movilidad vertiginosa, el camino (On the road) el imaginario del destino distante. Luego, la tarea de reconocimiento, el choque con la multitud o el vacío (bosque, playa, desierto). La primera fase no supone lectura mas que como expectación de lo que viene, aunque mas adelante trataremos el tema de la ruta y su significación. Quizá aquí es donde se confunde el turista con el viajero. Los diferencia la certeza de su imaginario con respecto al porvenir. El turista, en cambio, es aquel que viaja mediante lógicas ya experimentadas, no busca mas que los signos leídos en lo que ya conoce: el turista no experimenta mas que una vivencia. La verdadera experiencia, la anécdota, la posibilidad de adecuación, solo está en el viajero. Por eso odiamos las guías turísticas y amamos los libros de viajes.


martes, 14 de octubre de 2008

Condenado al fracaso


Dos amigas piensan en ponerse un negocio de ropa. Uno de los chicos, hace más de un año, dejó en impasse su pequeña empresa de productos sadomasoquistas/juguetes sexuales para el placer de la dama (y del caballero, claro) para dedicarse al diseño de indumentaria. Hace algunos días, en un intervalo, charlábamos sobre la posibilidad de hacernos remeras con la cara de nuestro pensador marxista preferido. Habría tipos de Benjamín, Adorno, Horkheimer, Williams, Brecht. Seguramente bonus de Foucault o de Barthes, aunque no entren especialmente en la categoría. La colección se llamaría: “Diseño Snob”.


lunes, 13 de octubre de 2008

Huella


Cuando viajamos, el presente no logra su plena realidad; es casi un pasado, casi una anécdota; por eso es nostálgico y también feliz.


Adolfo Bioy Casares


miércoles, 8 de octubre de 2008

Lectura Cobra

martes, 7 de octubre de 2008

lunes, 6 de octubre de 2008

Lo demas es agua que se evapora en el aire


Últimamente mis domingos son en extremo abúlicos. Salvo el día de la primavera en que salí un poco, me quedo todo el día en casa mirando películas, escribiendo, leyendo apuntes para la facultad. Hasta colgué las clases de manejo. En realidad no me preocupa demasiado este exceso de inacción que, por otro lado, me arranca ansiedad y culpa cuando se expande hacia los días de semana: tendría que estar trabajando más horas o estudiando, el odiado condicional, las posibilidades, los debiera. Hoy se me dio por una melomanía letal y me bajé una tonelada de discos que hace mucho tiempo tenía ganas de escuchar. Armé mentalmente una especie de grilla en la cual a cada día le corresponde uno o dos discos, para así llegar al próxima fin de semana con la sensación de haber terminado al menos algo, una idiotez, un pequeño placer auditivo. Del segundo disco de Gabo Ferro me sorprende primero el título (Todo lo sólido se desvanece en el aire), luego el texto que es la tapa misma. También, leyendo su biografía, descubrir que colgó su banda Porco allá por el 97 para estudiar el profesorado de historia: su tesis de doctorado se titula algo así como “Barbarie y civilización: sangre, monstruos y vampiros durante el segundo gobierno de Rosas (1835-1852)”. Volviendo a su segunda placa, si mal no recuerdo “Todo lo sólido se desvanece en el aire” es una frase de Marx que Marshall Berman toma para uno de sus libros esenciales, en el cual trabaja, a través del Fausto, los mecanismos que dan comienzo a la Modernidad. Berman dirá que hasta lo sagrado es profanado y todo promete su derrumbe. Ferro toma esto para hablar, no ya de la crisis de lo conocido, sino de los tiempos de producción y, mucho más triste, de la mercantilización de la cultura. “No hay que confundir lo fundamental con lo accesorio…” escribe Gabo Ferro, pero solo como hipertexto, como contrapunto hidratante que descansa por encima o por debajo de sus canciones. Hay más de lo que en realidad hay. Eso. Además de cantautores folk (Ferro, Flopa, José Gonzales), por que el hombre no solo vive de música indie, tengo en mi lista semanal a Beck, a Paz Lenchantin, a Lou Red y al hermosísimo The madcap laughs de Syd Barrett.



jueves, 2 de octubre de 2008

Historias extraordinarias de Mariano Llinás


"Como es sabido, el Siglo XX ha sido testigo de un fenómeno extraño: Por primera vez, la idea de narración se ha visto divorciada de la idea de argumento. Contar algo ya no fue, necesariamente, contar una historia; el primitivo impulso de narrar se vio liberado definitivamente de ser una infantil serie de avatares y asombros y asumió como terreno de acción el Universo entero, aún en sus rincones menos memorables: Las distracciones, los olvidos, los equívocos, los lugares vacíos, los momentos en los que no pasa nada hicieron su fulgurante y orgulloso ingreso a la literatura y al cine. El argumento (que antes fuera la condición de posibilidad de todo relato) fue visto entonces como una veleidad de otros tiempos, como una mera coquetería ornamental. ¿Qué lugar ocupa entonces, en ese panorama escéptico, nuestra populosa novela cinematográfica? "

"Nuestro propósito, nuestro desmesurado propósito ha sido experimentar con los viejos dioses olvidados de la aventura y la intriga y, de algún modo, volverlos a la vida."

"Viajar no ha sido para nosotros un hecho psicológico sino eufóricamente físico. Una palabra inglesa (esas palabras de las que el castellano nunca ha sido capaz) define, según creo, el espíritu que ha gobernado la ejecución de este film: Wanderlust, la lujuria del vagabundeo, la avidez por el movimiento y la deriva. Esa ha sido nuestra única bandera: Demostrar y demostrarnos que la aventura y el riesgo son todavía territorios posibles para el cine. Que un film puede ser hecho en las rutas, y que ese infinito laberinto de rutas puede constituírlo."

Mariano Llinás


Historias extraordinarias puede verse los domingos de octubre en la sala del Malba, a las 18:30.