lunes, 29 de diciembre de 2008

Ni el anteúltimo día del 2008...

Queríamos ir cerrando el año pum para arriba, pero estos dos señores nos descorcharon el bobo.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Dos cosas y media


Descubrir de pronto que aquel hitazo de la infancia que decía “Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña…” es, en realidad, una canción para suicidas.


Romina, dueña de la terraza más inquietante de Caballito, colgó un poema de Desdenes acá.


jueves, 25 de diciembre de 2008

Hace mucho que no...

lunes, 22 de diciembre de 2008

Experiencias


Sentados al borde de la pileta a las cinco de la tarde, con una Quilmes helada esperando a la sombra, el hermano de mi amigo nos cuenta sus experiencia con el ácido. Su primer consejo es que, para la gente virgen como nosotros, un cuarto vendría a ser más que suficiente. Nunca tomar en soledad, nos recomienda. De ser posible aprovechar unas vacaciones en las sierras, con las montañas de fondo, mientras nosotros intentamos subirnos a uno de esos silloncitos inflables, nos tiramos agua, tomamos sol. El efecto puede durar 24 horas y un buen porro, al día siguiente, te puede volver a poner a bien arriba. Me espanta un poco la idea de estar puesto un día entero. En realidad no me entusiasma demasiado drogarme: suelo sentirme un idiota y, más de una vez, estuve ansioso por volver a la normalidad. También me deprime un poco ese no acordarme de algunas sensaciones mientras estoy hipersensible, mientras pienso en luces o dibujo ideas. Como si fuera un tiempo vacío que mi obsesión por la utilidad (¿burguesa?) no me permite disfrutar. A veces se me da por pensar que no estoy capacitado para disfrutar nada, ni lo premeditado ni tampoco lo espontáneo. Después vemos el partido de fútbol y tomamos mate. Vuelvo a casa para pegarme una ducha y volver a salir y, caminando, me doy cuenta que siempre tengo cinco o diez minutos realmente depresivos. Durante el año, las cinco cuadras que separan Rivadavia de la facultad son un buen ejemplo de esto. Va terminando el año: demasiadas fiestas, demasiados cumpleaños. Sueños en los que amanezco en una casa quinta, rodeado de gente desconocida: estuve durmiendo bajo un árbol y sopla un viento fresco. Finales de diciembre: un túnel de cerveza, dolor de cabeza, risas y música que a veces cansa un poquito.


Las cosas tienen movimiento

Bailar y nadar son experiencias absolutamente agotadoras y felices.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Para refrescarse


Hamacas al rio despide el año en Notorious, el sábado a las 24:00. Con tantas giras y comilonas, tendremos que pensar en multiplicarnos.

jueves, 18 de diciembre de 2008

lunes, 15 de diciembre de 2008

Indignado!!!

Ayer a la noche me llegó este mail. Lo cuelgo, quizá para compartir un poco el malestar:


"El lunes salen a la venta las entradas de RADIOHEAD en ARGENTINA, y VOS podés ser el AFORTUNADO....Si tenes $ 270 !!?!? para pagar la entrada (o sea, 90 dólares).
Sabías que:
- De toda la gira lationamericana que está haciendo Radiohead somos el único país al que se le vende una entrada de precio único?
- En todos los otros países las entradas cuestan desde 40 dólares o menos , es decir la mitad que en Argentina?
- En todos los otros países hacen más de un solo show?
Si RADIOHEAD acepta cobrar entradas que cuestan desde 15 dólares en México!! desde 40 dólares en Brasil y Chile......por qué en Argentina suceden estas cosas?
Ah, cierto...porque los dejamos.

Fuentes:
Tickets México http://www.ticketmaster.com.mx/event/14004172175DD09D?artistid=763468&majorcatid=10001&minorcatid=826

Tickets Chile http://www.puntoticket.com/Evento.aspx?EventoID=DGM005

Tickets Brasil http://eventos.ingresso.com.br/eventos2/etapa1/etapa1_rj.asp?paIdCidade=00000002

Cotización de moneda extranjera http://www.dolarhoy.com

domingo, 14 de diciembre de 2008

Cosas mas interesantes que otras

Mientras el Flaco Spinetta tocaba gatarola en la Costanera Sur y los Cadillacs volvían con un recital de dos horas y media en River, nosotros, que le escapamos a las multitudes, nos fuimos a escucharla a ella a El Nacional: íntimo, acogedor, hermoso.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Largó el verano

Notas del sábado pasado


Viajo en bondi para el centro. Quedé en estar en eso de las seis o siete en Villa Crespo para aprovechar un poco la pileta y dar una manito con el asado. Son las nueve y media pasadas. La puntualidad no es lo mío. Mientras viajo voy imaginando nombres para el proyecto editorial. Saco el cuaderno y anoto: Benji Ediciones; El editor enmascarado; Master of the universe. Miro por la ventana como si buscara inspiración en los negocios y la gente con la que me voy cruzando, como si hubiera una forma de empaparse de todo lo que pasa alrededor y expresarlo en una, dos o tres palabras. Me bajo del bondi y espero otro, a tres cuadras de Puan. Me llega un mensaje al celular: “¿Dónde estás? Afila los colmillos, tengo alguien para presentarte”. Me río. Llego justo cuando van saliendo las primeras tiras y los chinchulines. La chica que me presentan es bajita, muy flaca y rubia. A tono con el verano que se viene, tiene los cachetes rojos y los brazos bronceados. Juega al jockey, me dicen. Comemos. Tomamos (mucho) Un pelilargo que no conozco se pone a tocar canciones de Sui Generis y Sabina en el teclado. Después, ronda de pileta nocturna. Bombas múltiples. A la rubia se la gana el musician. En algún momento de la noche, después de la fiesta a tres cuadras de Corrientes y del federicodealvear con speed, me acuerdo de una frase que leí en el blog de Pedro Mairal: “La poesía no atrae mujeres, solo evita que se vayan”


miércoles, 10 de diciembre de 2008

El sabor de la noche



Mientras va terminando el año y el tiempo se divide entre fiestas y encuentros y finales (y cumpleaños, presentaciones editoriales, planes de vacaciones para bolsillos flacos) también hay ratos para cranear proyectos e ir pensando, no tanto en todo lo que pasó, sino en lo que viene. Queda tiempo, además, para leer libros o ver películas después de los churrascos con papas fritas de la cena. Siempre que me dan ganas de escribir unos apuntes sobre cine o matizar mi gusto sobre algo, me pregunto si este blog tiende hacia comentarios medianamente serios y críticos o, en cambio, busco una expresión personal, un puñado de ideas o sensaciones. Creo que haré un mix entre ambos. Hace un rato terminé de ver My blueberry nights y pensaba que, cualitativamente, el cine sigue siendo una experiencia maravillosa. Podrá ser cierto que el 95 % de la cartelera está repleta de films que más vale perderse, pero por suerte cada tanto me encuentro con tipos como Wong Kar Wai. Quiero decir que no es la primera peli que veo del oriental, hace uno o dos años me crucé con 2046 y, mas allá de lo visual, me quedé con sabor a poco. Un gran idea para un cuento, entre amoroso y fantástico (Bioy Casares pudo hacer maravillas con ese argumento) pero me embolé. En My blueberry nights tuve la sensación de que Wai hacía logrado equilibrar lo estético (la fotografía y los tonos son extraordinarios) con el contenido: una especie de maniobra que deja al tobogán estable. En fin: una road movie romántica que recorre la carretera 66, donde brilla Norah Jones. Y los actores secundarios (hay gente como Jude Law o Natalie Portman que nunca decepcionan) Y cada diálogo. Y la música: la versión de Harvest moon del enorme Neil Young pone los pelos de punta.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Preparación del asado


Me gusta mirar como encienden el fuego

la pirámide de madera

y el tubo de papel de diario

en su interior

una buena imagen espiritual

una cosa esencial dentro

de otra cosa

hasta que llegan las luces

y estallan

como un poltergeist cotidiano.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Un hilo rojo

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Cantando bajo la lluvia


Que haya venido mucha o poca gente a la presentación es lo de menos ( o quizá no, pero mejor decirlo así, decir, como en realidad creo, que mas allá de haberme traído para casa cinco o seis ejemplares, el asunto me importa demasiado poco en realidad) Hubo lindas palabras, vino y empanadas. Una lluvia demencialmente bonita para cerrar una semana de calor agobiante y apagones recurrentes. Apagones de mierda que te obligaban a transpirar la cara por las noches, a dejar la ventana abierta e intentar dormir con la luz de calle de los vecinos (que si tenían electriciti) entrándote en los ojos. A la vuelta me bajé en Ramos y terminamos en un cine de Devoto: de la película se rescatan algunas cosas, entre ellas los planos de Ridley Scott y la pareja protagónica (Crowe y Di Caprio) Pero esto no es una crónica, ni tampoco quiero hablar de cine. Lo más interesante fue la tormenta: moviéndome por Buenos Aires mientras todo se inundaba y las calles se hacían poco menos que intransitables: saltar cordones, empaparse, reírme de la completa inutilidad de los paraguas. Vuelvo a la presentación. Mientras ella leía un poema mío, yo pensaba que desnudarse enfrente de otros, muy especialmente de mis viejos, no debiera ser un acto tan violento.


lunes, 1 de diciembre de 2008

Peli para ver

jueves, 27 de noviembre de 2008

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Break

martes, 25 de noviembre de 2008

Que lindo escribe Clara

Glóbulos blancos

Hace meses que veo
un cartel de remate judicial
en el departamento más alto del edificio que ocupa
toda la esquina.
La familia amenazada, aturdida, espantada,
condenada por un error
o por la falta de algo.

Hay zonas en mí
que tendrían que tener un cartel así
con letras un poco más grandes
hay gente que no ve bien.

Un remate judicial de mi parte cansada
de la que repite el mecanismo que traba,
que ahoga, que fabrica deficitarios emocionales.

La neurona asfixiada, la palabra que nombra lo que no estoy pensando
la neurona pasa de uva, el corazón diabético.

Pero no sé quién puede querer lo que no supe cuidar.

Me contaron que tenés una novia,
me lo contaste vos
cuando hablamos por teléfono somos los mejores amigos.

Es imposible ser sano todo el tiempo,
ser colorido, ser buenísimo, ser genial,
ser feliz todo el tiempo, estar comprometido con la vida,
es imposible decir el nombre completo de alguien
cada vez que se lo nombra.


Clara Muschietti

domingo, 23 de noviembre de 2008

Lecturas


Mi vaso de fernet disminuye con idéntica simetría a las intermitencias de mi conexión a Internet: tomo un trago por cada mail que no mando, por cada foto de Catherine Hepburn o de Mia Farrow que no termino de encontrar a través del buscador de imágenes del google. Entonces corrijo poemas, fumo, tomo fernet, ojeo el libro de Paula Oyarzábal. Se va haciendo tarde. Si hay algo que no me gusta es que los autores me regalen sus libros, por más o menos amistad que exista, especialmente por dos motivos: el primero por que a mi, llegado el caso, no me gustaría regalarlos; el segundo se debe a que conozco el esfuerzo de publicar (económico y del otro) y por eso me resulta una cagada que no haya una devolución afectiva/ material, si se quiere, o al revés, también. No diré algo que Paula no sepa, pero sus poemas me recuerdan la brevedad y la contundencia de algunas cosas de Silvina Ocampo. Entre muchos, este es uno de los que mas me ha gustado:



crecí sabiendo que si algo no me gustaba

la puerta estaba abierta

y que podía irme cuando quisiera

nunca estuvo en discusión,

sin embargo, cuando recuerdo

todas las veces que armé la valija

siento escalofríos, como si en el fondo,

despedirse de lo duradero

fuera una imperfección.


viernes, 21 de noviembre de 2008

Frankfurt


La antología en la que participamos con algunos poemas estuvo en Frankfurt. ¡Eso!

jueves, 20 de noviembre de 2008

Solos II


En estos últimos años Tonga chupaba casi una botella de Fernet por día. Dormía muy poco y nunca le noté el pedo, quizá hablaba menos, se envolvía debajo de su piel y pensaba, era como si lo único que le quedara era su pasado y la bebida. Desde que murió abuela, hace ya cuatro años, le cocina mamá. Tonga no tenía amigos, vivía encerrado. Me doy cuenta que hablo de él como si estuviera muerto. Pensar en estas cosas me hace crecer la sed, pero pensar en algo afloja un poco las puntadas, aquieta la respiración, me concentro en una cosa cualquiera y me calmo. Me fijo en donde estoy. El viento trae algo de lluvia y un gato pasa arando delante mío. Siento un dolor poco hegemónico en el pecho.


Extracto de "Solos y de noche"

Me voy enterando

Toda acumulación se paga con miedo

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Volvió Avantt


Volvieron los chicos de Avantt, ahora también en papel. Y acá aparecemos nosotros.

sábado, 15 de noviembre de 2008


La correntada de aire me hace tiritar. Me subo el cuello del camperón y me acomodo la bufanda escocesa dentro del pulóver. En lo alto mantengo el fogonazo rabioso de la antorcha, que ilumina los pastizales de la plaza de los rateros: los bancos están destruidos, olor a pis de gato, bandadas de árboles que mueven sus copas bajo un ritmo impreciso. La noche no ilumina nada. En algunas casas, si se fuerza la vista, lo que se percibe es el fulgor de las velas detrás de las persianas. La mayoría duerme. Algunos pocos deambulan con linternas o con antorchas por el barrio, buscándolo al borracho de Tonga. Distraído cruzo la plaza y pateo una latita de coca cola descascarada: como mosquitos se me vienen encima los pedazos de cartones, toneladas finiseculares de basura hueca. Desde la altura de la calle el corte de luz parece total: una oscuridad negrísima burbujea mientras la lata que pateo hace un ruido metálico sobre el césped, una vez, dos veces, hasta que me doy cuenta que me aburro como un perro. No tengo nada en que pensar. En un portón se me da por apretar un timbre y salir corriendo. Cuando llego a la esquina recupero el aire, me agacho, me doblo sobre mi mismo bajo una sed exasperante. Sufro unas puntadas horribles que crecen desde la panza.



Extracto de "Solos y de noche"


martes, 11 de noviembre de 2008

Faith no more - I Started a joke




¿Alguien sabe como se llama el actor que le pone cuerpo a la voz de Mike Patton?

domingo, 9 de noviembre de 2008

Un héroe colectivo





El propio Oesterheld tenía un taller gráfico debajo de la cancha de Huracán. En la superficie bullían las gradas, las tribunas de concreto, los miles de quemeros que los fines de semana alentaban a su equipo, literalmente bajo tierra, Germán ideaba sus personajes. Era un lugar chiquito, sucio, con muebles que parecían caerse a pedazos, aceite y grasa. Una tarde en que entró sin avisar un tipo de jean completamente desconocido, Germán y Atilio se asustaron. El tipo les preguntó que hacían ahí. Historietas, dijo Oesterheld. Ah, murmuró, pegando media vuelta, como si hacer comics en el subsuelo de una cancha de fútbol, al lado de las calderas, fuera la cosa más normal del mundo.



jueves, 6 de noviembre de 2008

Me quiero ir acá





martes, 4 de noviembre de 2008

Tibio tibio


Salgo de casa y la veo a mi vecina, en pantuflas, metiendo algo en una bolsa de consorcio. La saludo y me quedo mirando que es lo que empuja, lo que hace fuerza por meter en la oscuridad. ¿Será el cadáver de su marido? No: es un árbol de Navidad enorme, me dice, que lo quiere tirar desde hace años.


jueves, 30 de octubre de 2008

Cosas que pasan


Estuve a punto de comenzar esto con una cita enmascarada de Fabián Casas. Mi línea, antes de borrarla, comenzaba así: “Quiero aclarar de entrada que soy un reverendo sentimental”. Ahí paré el carro. La idea es la misma, lo que quiero decir es que me considero un gran sentimental y, cada tanto, sufro de ataques de cursilería notables, de los cuales no se si sentirme orgulloso o aceptarlos con resignación. Siguiendo el pulso radial del último jueves, hace unos días escuchaba por la Metro la entrevista que Matias Martin le hacía al responsable de una agrupación solidaria cuyo nombre se me olvida. Me di cuenta de algo: el hambre, la forma más baja de la pobreza, me demuele. Me desencaja, me afecta, me pone muy mal. Es la realidad oculta de los mecanismos mediáticos, publicitarios pero también personales. Y también quiero aclarar que tengo una predilección por la anécdota dramática, el acto solidario que cuanto más simple más me pega. En este caso, la historia de un limpiavidrios que le ayudaba con pañales y leche en polvo a una mujer que, con un bebe en brazos, pedía todos los días en la puerta de Tribunales. Ahí mismo, rotura expuesta de las napas sensibles. Bastante quebrado seguí pegando fotos: una vuelta de pegamento que cubra los bordes y otra vuelta para empapar el centro. Agarrar la foto de la punta. Ponerla arriba. Pegar otra y ahí, con las dos fotos, llevarla a la otra mesa para que se sequen. Fotografías de quinceañeras bailando el vals, casorios en la playa, baile, Vilma Palma tocando en vivo. Afuera ladra la perra coja porque me olvidé su comida. Apago la radio. Voy al baño sintiendo una pelota en la boca del estomago. Cuando salgo, veo un mensaje en mi celular: “Felicitaciones. Te ganaste dos entradas para el Personal Fest”


miércoles, 29 de octubre de 2008

La paranoia


Ayer escuchaba una promo de Perros de la calle, el programa radial que lidera ese tipo entre cool y berreta que personifica Andy Kusnetzoff, en la que José Pablo Feinmann respondía que si, que varias veces le inventó una cita a algún ilustre intelectual para “quedar como un duque”. Me quedé pensando si el gordito de Feinmann (dicho esto con simpatía, me produce una suerte de encanto como se ha ido transformando con los años en una especie de maestra de primaria jubilada y obesa) pensaba si Feinmann no estaba desbaratando un mecanismo que mejor guardar en el más profundo secreto; si Feinmann no funcionaba como ese mago con careta que cada tanto aparece por canal trece, ese mago que cuenta los entretelones de trucos de magia de hace diez o quince años atrás. Si Feinmann, entonces, no le daba sentido a mi paranoia: todo aquel que está citando oralmente, es en buena medida una enorme posibilidad de chamuyo.


martes, 28 de octubre de 2008

El arrepentimiento


"Es la noche del 28 de diciembre; suena el teléfono y respondo. Miro la hora: las 11 y media. Mi hermano Marcelo me habla desde la ruta.


-¿Te acordás del 31 de mayo del ´98, cuando te dediqué el campeonato de Vélez en “Fútbol de Primera”?- me descerraja a boca de jarro.


Cómo no me voy a acordar.


-Bueno- continúa, inexorable- Creo que no debí haberlo hecho.


Por una décima de segundo me estremezco. Lo imagino irrumpiendo en “Fútbol de Primera” a paso redoblado, dispuesto a enmendar la injusticia retirándome el homenaje; involuntariamente, aprieto el puño como atrapando un talismán.


-Tengo tres razones -se explica-. La primera es que uno no debería disponer de la totalidad de lo que sólo es parcialmente propio. Aquella noche, campeones habíamos salido todos, los jugadores y yo, de manera tal que al haber estado ausente del programa el plantel completo, yo no debí apropiarme de ninguna manera de lo que no era mío.


- La segunda razón es que si una dedicatoria contiene un sentido eminentemente personal, ya que uno expresa un sentimiento íntimo, de dicho modo debería hacérsela llegar al destinatario, y no por televisión.


- En tercer lugar- cierra- uno no debe dar al periodismo una herramienta tan poderosa como el conocimiento de la propia emotividad desnuda. Si todos los que acceden a ella le fueran a dar el trato que merece un sentimiento noble, podría ser, pero no hay garantías, no hay garantías.


La conversación gana caudal. Una parte de mi cabeza repite una maniobra que vi en algún partido de los que jugó la selección nacional, una jugada que sólo puede concebir una mente martirizadamente concienzuda. Ortega toma la pelota y el soplo de su irreflexión la conduce entre las piernas de varios rivales, se la pasa al Piojo López que generosamente se estira sobre la otra banda, como hacen los corredores olímpicos que están a punto de cruzar la meta, como hacen los pájaros, y éste la hace llegar a Batistuta, que está en el lugar justo en el momento adecuado, en ese sitio inacabablemente identificado y ocupado durante los fatigosos entrenamientos. Batistuta, con un remate despiadado transforma las largas horas de falta de autoindulgencia, de aplicación y de tenacidad, en gol argentino.

Recuerdo que le hablé de ese gol a mi hermano Marcelo.


´, me dijo, ´pero en las prácticas Bati no disparaba con violencia, sino que tenía que tocar suave a un costado del arquero, tomándolo a contrapierna. El tanto que te gustó no debió haber sido gol. Te voy a dar tres razones por las que no es justo que la jugada terminara como terminó...´"


Argentina, una luz de almacén de Rafael Bielsa.

domingo, 26 de octubre de 2008

Sobre como disfrazar la expectativa


Ahora el ritmo, los trazos, la ventana por donde pasa el camión de los basureros haciendo un chirrido sobre el asfalto. Frena a unos pocos metros. Subimos al taxi. Le pedimos que agarre Santa Fe, mientras empiezo a bajar la ventanilla para así prenderme un cigarrillo. Me gusta sentir el aire a mitad de la cara, como si alguien soplara en mi frente. Llegamos al quinto piso, sobre la mesa hay un diario en francés. Voy descifrando palabras a partir de las fotos o lo dibujos mientras me decís que vas al baño, que te espere en la habitación. En la parte de atrás del diario está el horóscopo, lo que me resulta rarísimo. Me pregunto de que signo serás, por ese asunto de la compatibilidad sexual, mientras doy vueltas por el departamento, admirando el orden, el desorden, pero por sobre todo las cosas en su correspondiente lugar, amontonadas. Siempre pensé que ordenar es una tarea dificilísima: en resumen no es más que mover cosas de un lugar a otro. Apilarlas. Pero no puedo. Son las cuatro de la mañana. Me saco las zapatillas y luego las medias. Estoy tan nervioso que tengo ganas de fumar hasta consumirme: todo depende de vos de vos de vos. Entonces me gritas que ponga el disco de Bjork que está sobre la cómoda, que ya venís.

viernes, 24 de octubre de 2008

Notas para una monografía sobre viajeros II


Quizá por eso, además, nos encanta recorrer la ciudad y caminar sus calles. Si la distancia de un punto a otro es menor a quince o veinte cuadras dejamos de lado los colectivos y los taxis y caminamos. Si es de noche- y es así en general: nuestro mejor ánimo en lo que ha caminatas respecta nos encuentra bajo el influjo de lo nocturno- si es de noche mucho mejor: la ciudad es otra. Creemos que hay dos tipologías de ciudad: la ciudad del trabajo y de la cotidianeidad, la ciudad del sol y, en su reverso, la ciudad de la mugre que también es la belleza sistemática de lo fantasmal. La ciudad vacía, la ciudad oscura, que no deja de ser la ciudad de los mendigos y la ciudad de los perros. Nosotros preferimos la última: esa ciudad cuyos signos nos atrae decodificar. Caminar a Buenos Aires de noche. ¿Será que caminar traza una inmediatez con la ciudad, una manera de intimar con ella? ¿Será que la caminata convierte a la ciudad en un suburbio?


martes, 21 de octubre de 2008

Tarde en la noche y con lluvia


Dejo el rollo de papel higiénico al costado de la cama: mi bendito resfrío ya liquidó dos carilinas y medio paquete de servilletas de papel. Durante la noche me despierta la tos, el dolor de garganta y en algún momento, creo que a las cuatro o cinco de la mañana, estiro el brazo y descubro que el rollo de papel se ha desplazado desde la cabecera hacia alguna parte desconocida de la habitación. Salgo de la comodidad de las frazadas para tantear el suelo con el pie y descubrir, ya casi resignado, que el rollo ha rodado hasta ocultarse debajo de la cortina. Me duermo. Sueño con lo último que vi en mi zapping furioso por la tele: serpientes constrictoras por discovery channel. ¿Una boa de seis metros puede digerirse a un ser humano? Si ¿Qué presión ejercen sus anillos? La de un colectivo de línea sobre el pecho. ¿Alguna otra información inútil? En mi sueño aparecía el dibujo del Principito, aquel del elefante dentro de la boa.


lunes, 20 de octubre de 2008

Escritos en la cama

Paula presenta Escritos en la cama el miercoles 22 de octubre a las 20 hs en Documenta Escénicas, Lima 364, Córdoba Capital.
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Presenta:
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Claudia Santanera

Lectura + música + fotografía

Música:
José Ianniello
( Guitarra, Bs As)
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Emilia Daveloza
.........( Saxo, Cba)
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Proyección y fotografía:
Melina Passadore
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y para cerrar, brindis.

jueves, 16 de octubre de 2008

Notas para una monografía sobre viajeros


El viajero no es aquel que viaja buscando los mismos signos de la ciudad que ha dejado atrás, sino aquel que pone a prueba una nueva legibilidad semiótica, la posibilidad de adecuarse a un nuevo espacio decodificando nuevos signos, nuevos parques, caminos, construcciones, mercancías. Aquel que se enfrenta a un lenguaje que no conoce y aprenderá a leer la nueva ciudad a medida que se desplace. El viajero supone dos fases: primero la movilidad vertiginosa, el camino (On the road) el imaginario del destino distante. Luego, la tarea de reconocimiento, el choque con la multitud o el vacío (bosque, playa, desierto). La primera fase no supone lectura mas que como expectación de lo que viene, aunque mas adelante trataremos el tema de la ruta y su significación. Quizá aquí es donde se confunde el turista con el viajero. Los diferencia la certeza de su imaginario con respecto al porvenir. El turista, en cambio, es aquel que viaja mediante lógicas ya experimentadas, no busca mas que los signos leídos en lo que ya conoce: el turista no experimenta mas que una vivencia. La verdadera experiencia, la anécdota, la posibilidad de adecuación, solo está en el viajero. Por eso odiamos las guías turísticas y amamos los libros de viajes.


martes, 14 de octubre de 2008

Condenado al fracaso


Dos amigas piensan en ponerse un negocio de ropa. Uno de los chicos, hace más de un año, dejó en impasse su pequeña empresa de productos sadomasoquistas/juguetes sexuales para el placer de la dama (y del caballero, claro) para dedicarse al diseño de indumentaria. Hace algunos días, en un intervalo, charlábamos sobre la posibilidad de hacernos remeras con la cara de nuestro pensador marxista preferido. Habría tipos de Benjamín, Adorno, Horkheimer, Williams, Brecht. Seguramente bonus de Foucault o de Barthes, aunque no entren especialmente en la categoría. La colección se llamaría: “Diseño Snob”.


lunes, 13 de octubre de 2008

Huella


Cuando viajamos, el presente no logra su plena realidad; es casi un pasado, casi una anécdota; por eso es nostálgico y también feliz.


Adolfo Bioy Casares