miércoles, 30 de julio de 2008

Luces

Hago pis en la calle
con el morral cruzado
como una línea de fracción:
¿qué números o pedazos tatuados
con esmero sanguíneo
divide?
De arriba hacia abajo
no se sabe que llega
quién se va
cruzando el pecho hasta la cintura
así
dejando fuera los ecos
luminarias
este/oeste de mi continente.

O visto de otra forma
hasta acá lo que fue tuyo
el resto mío
como una línea imaginaria en el océano
o un señalador azul en un libro
de Akutagawa
que subdivide la pulpa del núcleo
lo fresco de lo ajeno

esta carga pesadísima
sobre mi animal de lomo ancho.

lunes, 28 de julio de 2008

Batman: El caballero oscuro




Se entiende que este blog es bastante ecléctico, aunque alguna vez, acá y acá, ya habíamos hablado de cine. Jamás de historietas, aunque tengo pensado escribir sobre algunos personajes de comic un día de estos. Sucede que vengo de ver la película del encapuchado, del maniático millonario que se disfraza de rata gigante y sale a combatir el crimen por las noches. Es difícil escribir sobre algo que a uno le ha gustado muchísimo, más sencillo ponderar las críticas que despierta un disco, una película, un libro. A Batman empecé a leerlo de pibe, hay una saga fabulosa llamada Justicia ciega, en la cual, se decía, iba a basarse Christopher Nolan (a esta altura, un director que ha renovado las bases del thriller norteamericano) y su hermano guionista para esta película. Es un mini-book de tres historietas de alrededor de 50 página cada una, mucho antes de que Batman apareciera peleando contra Depredador, o combatiendo al Ku Klux Klan o en la saga Veneno, cuando retoma las corridas del justiciero oscuro con cincuenta y pico de años, algo esquizo e inflado de anabólicos y anfetas. Pareciera que el personaje creado por Bob Kane siempre ha dado letra a las más fantásticas y perturbadoras imaginaciones. Volvamos: en Justicia ciega un Bruce Wayne paralítico es acusado de comunista, lo que Nolan seguramente reformularía como un millonario que sostiene con sus fondos al terrorismo (fundamentalista o no) mientras Batman se las tiene que ver contra una organización de asesinos a distancia, surgida como un departamento de la propia Waynetech a finales de la primer guerra mundial. La novela gráfica (y está bien llamarla así) es excelente, si pueden conseguirla, haganlo, es mas que recomendable. Para el que no vio El Caballero de la noche, los mismos dilemas se van trazando tanto en la peli como en el comic. También me hizo pensar en La broma asesina, cuando la locura del Guasón y de Batman logran emparejarse: ¿A quién le funciona peor, al payasito que reparte caos o al tipo que se viste de murciélago y pretende acabar con el mal a golpe de puño?

En fin, vayamos a la peli: esta nueva versión de Batman deja atrás todo el cine de superhéroes que se ha filmado hasta ahora, no es que abra grietas o asuma una nueva búsqueda estética (como el Hulk de Ang Lee) sino que la película de Batman es muchísimo más que eso: encerrarla en ese cluster es minimizarla, las resonancias se expanden como los brazos de un río. Para empezar, un bestial Ledger le pone tanta locura al Guasón que lo convierte en un terrorista paranoico (que deja de ser caricaturesco o simbólico, como el ideado por el gran Jack, para convertirse en un tipo jodidamente verosímil que (sobre)vive del caos. El guión, los diálogos y la dirección son excelentes. Las escenas de acción de las mejores que he visto. La música de Hans Zimmer es perfecta, junto con el crescendo que se convierte en un ruido metálico sobre el final del film. La tensión que va en aumento, por así decir, porque hay varios momentos en que hay que agarrar con fuerza la butaca: cosa que hice, a pesar de lo horrible que es ir al cine en vacaciones de invierno. Nolan hace maravillas, especialmente con la dosificación del tensiometro, lo alarga, lo pluraliza, se permite ir repartiendo varias historias (no solo la de los personajes principales, vean sino la escena del transbordador) historias cuyo catalizador parece ser el Guasón (sino lo dije, Ledger la rompe) Sorprende pensar que a partir del personaje del Joker se van tejiendo las otras historias (¿era en principio un personaje secundario que se terminó comiendo la película? Difícil, su protagonismo es claro, aunque quizá menor que el del fiscal Dent. Aún así, no conviene olvidarse del resto del reparto, que la deja chiquita y están impecables, todos y cada uno, ni del golpeador Bale, el mejor Batman de la historia) Otro asunto es el hiperrealismo que le imprime Nolan: baja el film a la calle, a la humedad y la brea, Ciudad Gótica ya no es el romanticismo burtoniano sino lo mas parecido al Chicago de la década del veinte, dominada por Capone, en la que se inspiró Bob Kane para fundar su ciudad del crimen, pero ahora, con Nolan, se convierte en la city perversa del siglo veintiuno, oscurísima y perturbada.
En fin, me quedan muchísimas cosas en el tintero: por lo pronto, El caballero de la noche es una película extraordinaria y muy recomendable. Vayan a verla y me cuentan.


viernes, 25 de julio de 2008

Final del juego


Como me pasa seguido antes de rendir un final, en la madrugada de ayer soñé que me quedaba mudo. Así, de pronto, un docente sin cara me preguntaba cosas y yo respondía con la cabeza, si, no, pero no podía explicar los polos de los que habla Bourdeau, o la reproducción de la ideología capitalista. Como en aquella escena de Matrix, los labios se me fundían. Me levanté cansado del insomnio a las seis y media, miré tele, solo por obsesión repasé unos apuntes. La mitología Puan sostiene que un final de Lingüística comenzó a las diez de la matina y cerró mesa a las once de la noche. Como faltaban una veintena de alumnos ansiosos por sacarse los puntos de la lobotomía cerebral, Martín Menendez y sus secuaces retomaron al día siguiente. Lo mío no fue tan así, rendí a las cinco y pico. Antes, me tomé el café más horrible del mundo, preparados por los locos de la cooperativa del primer piso (están advertidos) tuve arcadas en el baño y me escuché dos veces Yield, aquel discazo de Pearl Jam. En el interín, una japonesita me dio charla: es imposible no hacerse de amistades en esas situaciones, amistades que duran lo que dura la espera. La japonesita, de la cual nunca supe el nombre, traía puesto unas calzas negras y unas zapatillas multicolores que me hicieron acordar a los Power Rangers. Era linda, a la manera de las japonesas, y terminaba muchas de sus frases alargando la última vocal, como una especie de eco.

martes, 22 de julio de 2008

Esperando el impacto


Una versión alternativa y muy minimalista de un tema que siempre me gustó mucho, cantada (¿compuesta?) por Juan Subirá: señor flaquito al que una vez entrevistamos, hace seis o siete años, en un bar de San Telmo.


sábado, 19 de julio de 2008

Me quieren no me quieren

El cuentito "Chispita", a solo un clic, en el invernadero.

miércoles, 16 de julio de 2008

Abre: pequeña teoría sobre el fin de la razón


Así definía Fito Paez a su nuevo trabajo, en aquel lejano 1999. Habían pasado cinco años desde Euforia (hasta entonces su último laburo de estudio) y lo que el rosarino había lanzado era un álbum complejo y fundamentalmente apoyado en el poder de sus letras. Primero: que difícil que un disco pretencioso sea, también, hermoso. Y que tenga la suficiente consistencia para dejar conforme al autor y al público. Abre es un discazo y representa esa época en que Fito, en cada entrevista, citaba alguna escena de una película de Kurosawa. Y hablaba de su nuevo disco como uno que incomodaría a muchos de sus fans. ¿Porque? Un disco largo (las doce canciones ocupan 72 minutos de pista: hagan cuentas) con una épica y una poética poco características en el rosarino, un perfil rítmico muchísimo más bajo que, por ejemplo, El amor después del amor, una suerte de introspección ideológica, una voluntad de decir, un rechazo al hitazo (el corte de difusión, esa maravilla llamada “Al lado del camino”)
El disco también es una ensaladita sonora muy bien condimentada: rumba, guitarreadas cruzadas, baladas a piano, algo que por la actitud es cercano al heavy: “Desierto” es un tema extraordinariamente hardcore que a mi me despierta ganas de patear cosas.
A nivel compositivo lo de Fito es de una riqueza fascinante, de lo mejor de su carrera: parece moverse por acumulación, sin hartar, saltando de un lugar a otro sin perder el equilibrio, derivando lunfardo urbano, citas literarias, realismo sucio: la palabra cuidadísima, precisa, potenciada por la música, tan distinta a las canciones de sus últimos discos donde parece primar cierta desprolijidad que si concuerda con el registro desafinado de la loca Paez. Hay otra cosa: la poesía parece disponer de la música, el ritmo, en muchos casos, proviene de los versos mismos. “La despedida” es una de las canciones mas lindas que he escuchado y tiene versos admirables:

“Yo estoy a tu lado revolviendo
ordenando libros viejos que leí pero olvide
besos de tu madre en el teléfono
y la lluvia es un espejo
que me ayuda a verte bien.
Oigo tu sonrisa que ilumina
el estudio y la cocina
entre las copas y el café…”


El yo se camufla y se vuelve ciudad y multitud: es un yo mutante, desbordado que, por momentos, pretende abarcar muchísimo. Y si lo que es nuestro (según Fito) atraviesa el tamiz del compositor que quiere y busca y finalmente logra (o no) decir todo, eso se vuelve una canción enorme como “La casa desaparecida”: una voluminosa y adjetivada súplica que, como nuestro país, también deja constancia de todo lo que quizá pretendía ser este disco (uno hermoso, pero por momentos oscuro, despampanante, ambicioso y desesperado) y todo lo que pretendía decir Paez, aquel chico de 36 años necesitado de descargar su verborrea musical:


“… yo volví con Onganía y la cosa aún seguía
aristócratas patricios y Patricias de Anchorena
tan católicos mamones, protagonistas sin roles
yendo tras de un socialismo patriotero, indicalista
preparados todos para aterrizar en pista
ya vacíos los aviones, transformarlos en camiones
de intereses, balas tristes
y vecinas que no entienden que ha pasado
en este barrio tan tranquilo, tan callado
y quien dio la orden de cambiar el mundo…”

“… madres muy desesperadas cocinaban y planchaban
hoy sus hijos son caníbales fantasmas
los cadáveres se guardan o se esconden en el rio
en palacios de memoria ensangrentada
y tenemos pijas grandes, largas como mil facones
y anacrónicas arengas, melancólicas uniones
la bandera enloquecida, maten a los maricones
que los hombres van de putas para sentirse varones
siempre el padre omnipresente de mirada contundente
que escondía un seductor muy asexuado
gracias papi por las flores, por las reinvindicaciones
vos sabés los hijos nunca te fallamos
y si mami aún viviera, hoy sería jardinera
en el cementerio club de las pasiones…”


La letra completa, a quién le interesé, acá.

martes, 15 de julio de 2008

Poemas perros


El domingo, después de la FLIA, me senté en la cocina a comer tarta de jamón y queso y leer un poquito de los Poemas Perros, de Damián Ríos (editado por la gente de Ediciones Belleza y felicidad) No se que circulación tienen las cosas de Ríos, digo esto por que sus escritos son bestiales. Apenas leí un largo poema a través del Señor de abajo, una novelita (que recomendé acá) y, ahora, esto. Después abrí el correo y descubrí un mensaje bastante fuerte, fuerte por la carga emocional que traía. Lo que me pasó: no pude imaginar la voz de quien me escribía, los gestos, la cara, tierra que tapa cosas. El asunto es que quedé sonsísimo y confundido, mas allá de que el mensaje era muy bonito, lo que también me descolocó. Al rato, me puse a escuchar una versión genial de Roxanne a guitarra y clarinete. En fin, quiero colgar uno de estos perros de Damián:

Humo en remolinos lentos, café


Domingo a la noche
en la mesa de un 24 hs
hay que quedarse muy
quietitos
le dice es todo muy leve
y a la vez
filoso
mismo la palabra
leve
parece a pto de salir cortando.

En estos casos no molestan
esas luces de autos y colectivos
vacíos que doblan en la avenida
tampoco
esas conchetas mostrándose
fotos de sus clases de esquí en la mesa de al lado.

Es sabido que los americanos
no saben
de café y sin embargo
acá hay gente que les copia.

Hay algo

algo
lento en el humo del cigarrillo
que asciende
en la noche quieta
acelerando al llegar a cierta altura.

Remolinos.

¿Alcanza con hablar de remolinos de humo
tabaco
y café frío en vasos descartables?

Así.

Liviana
la noche
se para encima de la mesa
se queda parada.


Así

Ancha
fresca
la noche entre nosotros quietos.

Así.

El perfil iluminado de tu mujer
recortándose
sobre un fondo oscuro
que en días de sol debe ser muy verde.

viernes, 11 de julio de 2008

Feria del Broli


La FLIA (Feria del Libro Independiente y Alternativa / Autónoma / Autogestiva / Amiga) te invita a la 8ª FLIA en IMPA (Fábrica recuperada por sus trabajador@s), el día domingo 13 de Julio a partir de las 12:00hs y hasta las 22:00 hs.

jueves, 10 de julio de 2008

Aniversarios


Es mi cumpleaños número nueve:

no se donde poner los brazos
cuando todos cantan
o me besan. Mi abuelo se quita
los lentes, me rasca
la cabeza
un regalo enorme, que no saben
como traer.
Nadie duerme, los vasos
y platitos descartables
el sonido de otras fibras
persiguiéndose: ayer
entregué las tarjetas
en un recreo, ahora
va a explotar la piñata
todos observan, hiperconcentrados
como esos nadadores que se balancean
probando la flexibilidad del trampolí
n.

lunes, 7 de julio de 2008

Ramones

Hoy me levanté con ganas de escuchar a los Ramones. No una canción o un disco, sino toda la discografía, recorrer hasta agotarme esas canciones repetitivas, chiquitas, furiosas, acordarme de aquellas fiestas punkies, con gordos enormes que tomaban cerveza hasta quedar tumbados en la calle (y había que darlos vuelta como barriles para que no se ahogaran en su propio vómito) skaters, gente ni fu ni fa como yo. De otra vuelta por Ramos en donde tocó Flema y había pibas que escupían a Ricky en la cara. Y Ricky habría la boca y le pedía a la mina mas oscura y más linda que le entubara un escupitajo en la garganta.
Lo raro es que la música de los yorkinos nunca me impresionó demasiado, salvo la figura de Joey, ese mono lungo y desgarbado de 1,98 que, según wikipedia, tenía un cuerpo ¿ectomórfico? y sufría de un desorden compulsivo-obsesivo. Así que no se bien de donde me llegan estas ganas, si nunca pude mas que tararear esos cinco o seis temas que todos sabemos un poco. En fin. Mientras tanto, calmar la ansiedad y la emoción escuchando las baladitas hermosas de Joey por youtube.

domingo, 6 de julio de 2008

Leyendo a Casas


La sensación de que es el único escritor argentino que incita al pogo.

viernes, 4 de julio de 2008

La prensa

Lo que golpeaba el vidrio de la ventana era una especie de frío seco, inútil. A menos que esos golpes sirvieran para pulsar las horas que pasaba echado, ruidos como ráfagas de cansancio, empujoncitos que hacían temblar el cenicero de madera sobre la panza, enrulado por bucles de ceniza.
Encima del escritorio estaba la foto que miraba de costado, quizá por que le venía una sensación curiosa de que la foto se estaba moviendo, o más bien que algo de ella estaba viva y también lo miraba a él. Lo que no sería extraño, por que la piba que aparecía de frente a un balneario de Villa Gesell lo estaba abrazando. Y encima se dejaba tocar el culo. No se si a él, tirado y fumando en la cama, pero también a él, vestido con unas bermudas azules hasta la rodilla, en cueros, medianamente bronceado. Lo que también podía suceder es que tuviera que revisar, a cada rato, que él mismo no desapareciera de la playa. O que ella no se fuera, como definitivamente pasó, pero mucho después de esa fotografía detrás del balneario y unos días antes de que el pibe de la foto se tirara a fumar y a escuchar un viento que no se sabe si golpea o se imagina. En eso se avivó que le picaba el cuerpo. Se sentía triste. Primero, agarrando el cenicero para que no se vuelque, estiró un pie, hizo apoyo en el suelo y se enderezó. Abrió la parte de atrás del marco y puso la foto boca arriba. Después le vino la idea, dijo ya está, creyendo que eso mismo que iba a hacer solucionaría todo su drama. Casi con timidez metió mano y todo sucedió con cierta brutalidad fantástica: a la fuerza la agarró de los pelos, la fue retirando de la playa, de las olas, a pesar de los pataleos y los gritos a través del papel fotográfico. Un brazo gigantesco que tapaba el sol. Finalmente puso el cuerpo de Camila sobre la mesa. “Ahora si que no te podés rajar a ningún lado” gritó, cerrando más y mas la mano hasta formar un puño.

miércoles, 2 de julio de 2008

Y muchos miles mas

martes, 1 de julio de 2008

Abuela, mirándome el pelo

Pero vos Martincho, ¿te teñis?