miércoles, 30 de abril de 2008

Para terminar abril bailando free dance

Uf, que ganas de golpear tachos con una ramita y que salgan luces...

domingo, 27 de abril de 2008

Gelman

Fines de la década del 80, no recuerdo bien si año 87 u 88. Varias de las revistas de aquella época: La trompa de falopo; Un huevo y medio; La mineta; Epitafio y lamás médula, que era la nuestra. De seguro me olvido de alguna otra. Bueno, la cuestión es que teníamos nuestra base de operaciones en la casa de Evaristo Carriego, allí funcionaba la única biblioteca del país específicamente dedicada a la poesía; no sin orgullo debo decir que ésta fue posible gracias a una iniciativa nuestra (cuando digo nuestra me refiero a todas las revistas que mencioné más arriba). La biblioteca fue bautizada “Raúl González Tuñón”. Para la inauguración cortamos la calle y tocaron Baglietto, el Tata Cedrón, que musicalizaba poemas de Vallejo, Gelman y Dylan Thomas, no me pregunten cómo lo hacía, pero les aseguro que es toda una experiencia escucharlo. Me estoy yendo por las ramas (típico de viejo).
Bien, en esa biblioteca se gestó lo que se dio en llamar La Bienvenida del Regreso a Juan Gelman. Después de pelear unas semanas con el secretario de cultura de Alfonsín, conseguimos que nos cedieran el teatro San Martín. Como nos vimos desbordados por la convocatoria, llegaban pibes de todo el país, el PC (algún día habrá que reconocerles que en materia de cultura son unos verdaderos revolucionarios) nos prestó una vieja casona en la calle Guardia Vieja para alojar a la gente que llegaba del interior y que no tenían donde parar. Además (y hablando de guardia vieja) nos facilitó unos cuantos monos bien musculosos para custodia personal de Gelman. Recuerden que por aquellos años el aparato de la SIDE no estaba del todo desmantelado; y a Gelman se la tenían jurada los milicos y, por si fuera poco, también la cúpula de montoneros. Sintetizando, Gelman regresó al país después de muchos años de exilio. El acto resultó todo un éxito, metimos más de 1500 personas. Imagínense 1500 personas escuchando un recital de poesía (surrealismo puro) El mismo Gelman no salía de su asombro. Terminado el recital, Juan había prometido que pasaría por la casona de Guardia Vieja para tener un encuentro personal con los jóvenes. Nosotros teníamos dispuestos dos coches en la puerta del teatro (con toda la monada del PC) para llevarlo directo a la casona. Cuando le dijimos al tipo, nos sacó cagando. Uds están en pedo si se piensan que después de tantos años sin respirar el aire de bs as me van a llevar en coche y encima custodiado por el PC. Pero Juan… Nada, no hubo caso. Y tampoco me hagan seguir por los coches, déjenme caminar solo. Y así fue. Nosotros, cagados hasta las patas, estábamos esperando en la puerta cuando vemos aparecer una sombra que venía caminando con las manos en los bolsillos y silbando un tango. Se quedó como hasta las cuatro de la mañana chupando mate y vino del pico de una damajuana porque no teníamos ni vasos.
Y, lógicamente, se fue caminando solito y medio en pedo.

Néstor Colón

jueves, 24 de abril de 2008

El arte del reencuentro

De "Habrá que poner la luz" de Damián Ríos

"Ahora me pregunto si contarte mi historia sirve para algo, si esta bien que sirva o que yo me lo pregunte. Dicen que T.S.E. escribía para olvidarse de que sentía, eso es muy anglosajón. O al menos uno se hace la idea de que lo anglosajón es así, frío. Está la anécdota de T.S.E. y su mujer, Vivienne. Viste que la pobre mina menstruaba cada tres días o algo así, bueno la chabona entró a descontrolar y el bueno de Tom se separó y nunca más la quiso ver. Yo no sé, pero creo que a la mina incluso la internaron, bueno, la internaron y la mina en un momento salió y lo entro a perseguir por todo el mundo. T.S. había ordenado a los amigos comunes que estaba absolutamente prohibido darle a ella información acerca de dónde vivía o cosas así. Tal vez estaba muy preocupado por terminar los Cuartetos. Si es así, yo se lo agradezco, perdón Vivienne. Pero lo cierto es que la mina un día lo encuentra, en una conferencia. Se entera y lo va a buscar, no sé donde. Termina la conferencia y ella lo encara, Oh, Tom, le dice, y abre los brazos y él estira su mano y responde, encantado de conocerla, Thomas Stearns Eliot".

martes, 22 de abril de 2008

Poema Heavy

Cascara:

cubrir de maíz a la paloma
toneladas de maíz sobre el lomo
de la pobre inmunda
pico de lata {marzo es eso y no otra cosa}
pero continúo

...

todos mis compañeros trepaban más alto que yo
{cáscara de árbol}
maíz sobre ellos y sobre sus casas.


Leandro Jauregui

(www.pulpadetodo.blogspot.com)

domingo, 20 de abril de 2008

El pasado (no es solo de Alan Pauls)

Encontré una foto tuya detrás de un almanaque muy viejo, estaba casi amarilla y en realidad me sorprendió, primero verte, darme cuenta que parecías mas vieja cuanto menos años tenías (¿veinte? ¿veintiuno?) en tu propia casa, amargada y con una sonrisa que me traía cronologías incompletas. Me acordé de una frase de Adorno (“… la Historia irrita al hombre moderno, así el pasado se torna para él en objeto de ira”) pero no es ira lo que siento, ni miedo, solo ganas de echarme en la ventana, haber aprendido a tocar la guitarra o el piano, ganas de pasarme la tarde entera mirando películas de terror. Pero hay otra cosa en un rincón, un lente pequeño, una especie de microscopio al pasado: mi viejo viste una campera de cuero y todavía tiene pelo, parece otoño, todo está tan oscuro y silencioso, no hay nadie cerca y del otro lado, en la parte derecha, mi madre. Mi madre contenta, luminosa y con el flequillo sobre los ojos. Eso debe ser un circo de provincia, pobretón, con payasos venidos a menos, desganados ante tal ausencia de público. Entre medio algo que parece obvio: un chico, de unos cinco o seis años, mirando la cámara con desconocimiento brutal de ese otro que, casi veinte años después, intenta imitar esas mismas muecas cegadas.

martes, 15 de abril de 2008

Pehuajo


Cuando me siento muy solo empiezo a caminar
calculo cuantos pasos
hasta la cocina, el jardín, ida y vuelta
las escaleras, después la terraza
tres veces
90 pisadas
tal vez menos. ¿Por que no puedo quedarme quieto
como un cieguito espantado?

lunes, 14 de abril de 2008

Spirit on the water (vivo)

Hace ya un mes que Bob me rompió la cabeza en Velez. Este tema tiene un nosequé fascinante: tal vez sea el ritmo cansino que funciona como soporte a la voz de Dylan o la poética de un tipo que, a los 66 años, pide que alguien le ponga un poco de azúcar en los huesos. Atenti a la cadencia y a los gestos del viejo cowboy.

Sábado

Me gusta la chica de los aparatos, me gusta como me mira, como me presta atención y sonríe cuando digo algo. Cuando pasa al revés, lo de siempre: el instante en que la estructura se viene abajo y ya no sé si mirarle los ojos, la boca, o qué. Después, me doy vuelta para escuchar el comentario de otro sobre una película de Antonioni y la siento ahí atrás, mirando al balcón o al que habla, pero no, mi nuca, mi espalda, el vaso de vino que vuelco sobre un sueter blanco (el tinto no sale más y me estoy riendo). Afuera, el frío me hace sentir algo que acabo de escribir en otro post: una latencia que se toma vacaciones cada seis meses: pienso que en Europa está avanzada la primavera y eso me entristece. También me acuerdo de algo que leí sobre Kurt Cobain: usaba un montón de remeras, una arriba de la otra, para no parecer tan flaco. Yo también parezco más grandote en invierno.

miércoles, 9 de abril de 2008

Cartas (maravillosas)

De César Mermet a Félix della Paollera, en agosto de 1965:

“...¿Sabes que ando como entre dos tiempos, caminando por la calle?, ¿que ando soñando, como extático, como distraído hacia lo hondo, como olvidado y en plena memoria, en el seno de la memoria... como en pleno deslumbramiento del único recuerdo importante, como ciego y vidente, como flotando y pesado, ligero y denso, ambulante y rectilíneo, deambulando y clavándome en un punto al que soy lanzado como una flecha...?”

“Sé decirte que quisiera morirme en medio de una última experiencia como ésta, que es duro seguir viviendo con la perspectiva de caer a la ridícula mentira del tiempo puro. Mentira. Sartre miente. Ahora lo sé de cierto. No vivimos o no deberíamos vivir, o no es nuestro destino vivir en el tiempo. Sino en un filo de navaja, en un borde, en un cruce, en una intersección del tiempo y la eternidad. Eso es lo que siempre supo el poeta, que amó en lo único su unicidad y su universalidad, su singularidad y su esencia total, participante de todo. Y la condición temporal, limitada, efímera, y a la vez la inexplicable eternidad de seres y cosas, que se revela con cierta mirada. Y es con la condición de que sepamos mirar de esa manera que la moral se cumple, que la caridad tiene lugar, que el poema nace, que la vida es justa, que la comunicación existe, que el arte es verdadero, que la creatura se salva... Y privado de esa visión, se pierde. Penosamente se pierde. Y el infierno es el tiempo. Caer a condición de condena y sujeción del tiempo y del espacio...”

lunes, 7 de abril de 2008

Festival Espacios Comunes


Espacios Comunes es un proyecto gestado por y para Argentina y Chile, con el fin primero de promover el encuentro cultural entre ambos países y divulgar el trabajo realizado por compañías de estas naciones, además de textos iberoamericanos de diversas poéticas y estilos.
El festival tiene como propuesta eje abordar textos de dramaturgos extranjeros y apropiarlos desde una teatralidad local, y se realiza gracias al aporte del Fondo Iberoamericano de Ayuda Iberescena, que designó al proyecto, presentado por las directoras Luisa Ballentine y Lucila Piffer, como uno de sus ganadores en la versión 2008.
Dos elencos chilenos están a cargo del montaje de dos reconocidas piezas del teatro nacional argentino, “Los Albornoz. Delicias de una familia argentina”, de la Banda Teatral Los Macocos, y “Saverio el cruel”, de Roberto Arlt, montadas por las compañías La Factoría, dirigida por Marcos Belmar, y La Vieja Fresia, al mando de Javier Ibarra, respectivamente.
Asimismo, Sebastián Ricci y Carlos Ianni, argentinos, presentan “El Desvarío” de Jorge Díaz y “Monogamia”, de Marco Antonio de la Parra, como contrapropuesta; a la vez que Pablo Krögh mostrará, por primera vez en Buenos Aires, la premiada “El Quijote no existe”, también de Jorge Díaz. Lo propio harán los directores Armando Saire y Leonardo Odierna, con el montaje “Bengala”.

(A partir de mayo: acá el calendario)


domingo, 6 de abril de 2008

Sobre una noticia fantástica

Dos personas hipnotizan a la cajera y roban 500 euros de una oficina de cambio de divisas en Italia
EFE
ROMA

Dos ciudadanos italianos robaron 500 euros de una oficina de cambio de divisas del aeropuerto de Treviso (norte de Italia) tras hipnotizar a la cajera con "una pocas palabras cadenciosas" y repetidas de forma continuada, acompañadas de "una serie de gestos particulares", han informado medios locales.
Con esta técnica, lograron "inducir" a la cajera de la oficina, a la que pagaron una recarga de diez euros para el teléfono móvil con un billete de 500 euros, a que les diera no solo el cambio -es decir, 490 euros-, sino también el billete que le habían entregado en un primer momento.

"No me daba cuenta de lo que pasaba, no entendía nada, y esta persona logró inducirme a lo que hice sin que yo me percatara", ha declarado la empleada a medios locales. Según la policía, que detuvo a los dos presuntos ladrones en Nápoles, donde residían y se sospecha cometieron delitos similares, estos conseguían adormecer a sus víctimas, que permanecían aturdidas e inconscientes de sus actos mientras ellos les robaban o estafaban.

La captura se produjo tras un "despiste" de los hipnotizadores, que recargaron un teléfono móvil con una tarjeta de crédito cuyo robo había sido denunciado, lo que permitió a los agentes conocer el número de los presuntos delincuentes e identificarlos.
La policía sospecha que los detenidos, de 47 y 57 años, están detrás de varios delitos cometidos usando este tipo de técnicas en distintas zonas de Italia.

viernes, 4 de abril de 2008

Gospel

Caigo en esa vena sin brillo, humedecida
por crema de afeitar: imaginaba
un huerto con grumos de manzana
carozos en el suelo del patio y la voz
de mi abuelo
un termo metálico
un solcito pequeño
del lado de acá de la ventana. Él habla como si
invocara una momia, con el desasosiego
de quien toca todo lo que ve.

miércoles, 2 de abril de 2008

Si, estamos todos locos

Me entristece, pero no tengo posiciones concretas, inamovibles: siento que todo puede ser enmarcado en este vector (y por momentos me la creo y planto bandera) pero después ahondo en la otra parte del discurso, en el mecanismo retórico y las posiciones ideológicas de los huelguistas. Tengo una posición encontrada, divergente. Me falta información, ganas de pensar, ganas de discutir. Pero también es cierto que todo parece moverse debajo de la superficie, en una zona poco clara, en la cual el análisis debe orientarse tanto hacia los procesos históricos generados por el agro, los pormenores del aumento de las retenciones (me gustaría pensar en una distribución más equitativa de la renta nacional) o esta especie de lucha dialéctica entre distintas clases. Desde siempre me asusta mi enorme capacidad de funcionar como solvente, mi escaso apasionamiento: me encantaría ser de esos que levantan la voz en una sobremesa, para gritar a favor de la carta que estuvo circulando por todas partes, a causa de las lecturas poéticas organizadas por el gobierno de Macri o declamar posiciones a favor o en contra de la violenta medida de fuerza campestre. En estos días, además de interiorizarme y diluirme a la vez, estuve leyendo por puro placer no académico. Cosa rara y asombrosa que en verdad extrañaba mucho. Lo últimos libros, durante el verano, habían sido un poemario de Fabián Casas y sus Ensayos Bonsái. Ahora me atraganté con dos de los regalos de mi cumple: una obra de teatro de Javier Daulte y otra de Daniel Veronese. La segunda (Del maravilloso mundo de los animales: los corderos) en apariencia más profunda y virulenta, bordea extravagantes encuentros familiares con tópicos que susurran en voz no muy alta acontecimientos de la última dictadura. Ni mal ni bien, pero me aburre la recurrencia. Criminal, de Daulte, es una obra seudo policial, fantástica y desopilante, mordazmente psicoanálitica y con un ritmo patotero.
En otro orden de cosas: hoy tuve un rapto de imaginación extraño. Imaginé que me robaban, me hacia el valiente y me pegaban un tiro en la panza. Primero sentí que no estaría mal morirse de esa manera, que de pronto todo el cansancio se venía y ahí terminaba la cosa. Estaba bien. Después me di vuelta y me dije que quería vivir (mientras pasaba por la panadería pensando en comprar o no unas facturas) que todavía me faltaban bocha de cosas por hacer.
Ahí pasó algo raro: sentí nauseas, el balazo había sido en el estómago y no era anormal que empezara a vomitar. Eso me espantó. Después llamaba a mi viejo por celular, le decía que me estaba muriendo y que me viniera a buscar en la esquina del super de los chinos. Ahí terminaba el asunto.