El 6 de septiembre de 1942 Annemarie Schwarzenbach viajaba en coche hacia Saint-Moritz cuando se encontró con una vieja amiga que andaba en bicicleta. Se saludaron y Annemarie, para probar que no había perdido la destreza, le pidió la bici y se lanzó cuesta abajo sin tomarse de los manubrios, como solía hacer cuando era chica. Perdió el control, voló por el aire y su cabeza se estrelló con una piedra. El 5 de noviembre moría en Sils como consecuencia del accidente.
3 comentarios:
Qué bajón.
Habría que ver qué destreza quería demostrar que no había perdido, no?
Es un modo de morir pintoresco; más traumático que hacerlo en la cama de un ataque cardíaco, pero mucho más literario.
Un saludo
PD: resulta interesante saber de qué se mueren los otros.
Publicar un comentario