lunes, 16 de noviembre de 2009

Nuestra morfinómaca preferida


El 6 de septiembre de 1942 Annemarie Schwarzenbach viajaba en coche hacia Saint-Moritz cuando se encontró con una vieja amiga que andaba en bicicleta. Se saludaron y Annemarie, para probar que no había perdido la destreza, le pidió la bici y se lanzó cuesta abajo sin tomarse de los manubrios, como solía hacer cuando era chica. Perdió el control, voló por el aire y su cabeza se estrelló con una piedra. El 5 de noviembre moría en Sils como consecuencia del accidente.

3 comentarios:

Lucila dijo...

Qué bajón.

Habría que ver qué destreza quería demostrar que no había perdido, no?

Guido Finzi dijo...

Es un modo de morir pintoresco; más traumático que hacerlo en la cama de un ataque cardíaco, pero mucho más literario.

Un saludo

PD: resulta interesante saber de qué se mueren los otros.

木村拓哉kimura dijo...
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