La obra Bengala, los viernes en el IFT. La cosa es así: un boxeador que se va quedando sin cuerda, ex campeón y borracho, en un monologo extraordinario.
El laburo actoral (porque no físico) de Néstor Navarría es sorprendente: si el texto y la puesta proponen una decantación de la identidad con altísimas dosis de belleza (música, iluminación, etc) creo que el mismo espíritu del box (que ya ha generado películas y literatura de altísima calidad) y Navarría le brindan esa cosita épica, ese transpirar palabras en golpes, el impasse lúdico que también funciona como una ventanita a la experiencia. Una hermosura que vale la pena.
martes, 27 de mayo de 2008
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1 comentario:
Hermosa obra, realmente. Vale la pena que vayan los distinguidos lectores de este intelectual blog.
Sí que sí.
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