jueves, 6 de mayo de 2010

El cuerpo y la carne

Dice que no hay un solo momento en la vida que tenga algo que ver con otro.

Dice: me gustaría saber exactamente que partes se van pudriendo. Evitar que el aire pase por ahí. Quiero saber lo que todavía funciona.

Abro otra cerveza. La tomo de a grandes sorbos. Siento como el líquido se expande por todo el cuerpo y después rebota hacia la cabeza.

Ahora suena Sade. Parece que los dos lo disfrutamos. Por primera vez en la noche estamos distendidos y ahora él bebe conmigo. La voz bíblica y la baba de los dioses. Apenas eso.

Dice: Sade me tranquiliza. Parece como si cantara para uno. En el oído.

Creo que estoy en pedo, le digo.

Se ríe.

Estoy en pedo, digo, y también me río.

La luz la apagamos hace mucho.


El cuerpo y la carne, de José María Brindisi.

3 comentarios:

Lucila dijo...

Ja, Brindisi es el profe de tu ídolo Fer!

Ahora, ¿por qué queremos que el aire pase siempre por lugares donde puede salir, de nuevo, limpio, sin olor a muerto o con un vaho medio rancio? Es eso; no hay momento en la vida que se parezca a otro. ¿A qué le tenemos tanto miedo, eh?

La última frasecita... ay!

Martín dijo...

Ja, si, me contó, "Frenesí" es una gran gran novela, la hiper disfruté. El parrafito del miedo no te lo caze como se debe, hagamos de cuenta que tus pregunta son retóricas, mejor no? Y es fenomenal, así se tendría que llamar un libro o algo. Besi!

Lucila dijo...

Ay Jaliliii, vos sos el que no me da boliyyyya.