Lo que hay que reconocerle a Maradona y a su equipo técnico (incluído el cerebro de Ruggeri) es el aporte táctico nunca visto de jugar sin mediocampo. Es decir, lograr el efecto gravitacional de hacer desaparecer a los jugadores del medio y tratar de no jugar con laterales que marquen y ataquen. Algo así como pasar al fútbol el Experimento Filadelfia que practicó en secreto el ejército de los Estados Unidos cuando se puso a jugar con la antimateria.
3 comentarios:
y masche?
posteando!
:)
casas gorilista!
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