jueves, 24 de abril de 2008

El arte del reencuentro

De "Habrá que poner la luz" de Damián Ríos

"Ahora me pregunto si contarte mi historia sirve para algo, si esta bien que sirva o que yo me lo pregunte. Dicen que T.S.E. escribía para olvidarse de que sentía, eso es muy anglosajón. O al menos uno se hace la idea de que lo anglosajón es así, frío. Está la anécdota de T.S.E. y su mujer, Vivienne. Viste que la pobre mina menstruaba cada tres días o algo así, bueno la chabona entró a descontrolar y el bueno de Tom se separó y nunca más la quiso ver. Yo no sé, pero creo que a la mina incluso la internaron, bueno, la internaron y la mina en un momento salió y lo entro a perseguir por todo el mundo. T.S. había ordenado a los amigos comunes que estaba absolutamente prohibido darle a ella información acerca de dónde vivía o cosas así. Tal vez estaba muy preocupado por terminar los Cuartetos. Si es así, yo se lo agradezco, perdón Vivienne. Pero lo cierto es que la mina un día lo encuentra, en una conferencia. Se entera y lo va a buscar, no sé donde. Termina la conferencia y ella lo encara, Oh, Tom, le dice, y abre los brazos y él estira su mano y responde, encantado de conocerla, Thomas Stearns Eliot".

3 comentarios:

Luisa Ballentine dijo...

Éste sí que está bueno. Pero no soy fan de Elliot. Podría ser fan de este otro. O no.

Las cosas de fan no son lo mío.

Mariana dijo...

Creo que lo que mas me gustó fue tu titulo!

Un abrazo grande tin!

escucharlyyyyyyyyyyyyyyyyy! arregla los parlantitos asi me dejas contagiarte.

néstor dijo...

Está buena la anécdota. Pone de manifiesto por qué el tipo adopta la nacionalidad británica. Se ve que no le gustaban los finales al mejor estilo hollywood.