Como me pasa seguido antes de rendir un final, en la madrugada de ayer soñé que me quedaba mudo. Así, de pronto, un docente sin cara me preguntaba cosas y yo respondía con la cabeza, si, no, pero no podía explicar los polos de los que habla Bourdeau, o la reproducción de la ideología capitalista. Como en aquella escena de Matrix, los labios se me fundían. Me levanté cansado del insomnio a las seis y media, miré tele, solo por obsesión repasé unos apuntes. La mitología Puan sostiene que un final de Lingüística comenzó a las diez de la matina y cerró mesa a las once de la noche. Como faltaban una veintena de alumnos ansiosos por sacarse los puntos de la lobotomía cerebral, Martín Menendez y sus secuaces retomaron al día siguiente. Lo mío no fue tan así, rendí a las cinco y pico. Antes, me tomé el café más horrible del mundo, preparados por los locos de la cooperativa del primer piso (están advertidos) tuve arcadas en el baño y me escuché dos veces Yield, aquel discazo de Pearl Jam. En el interín, una japonesita me dio charla: es imposible no hacerse de amistades en esas situaciones, amistades que duran lo que dura la espera. La japonesita, de la cual nunca supe el nombre, traía puesto unas calzas negras y unas zapatillas multicolores que me hicieron acordar a los Power Rangers. Era linda, a la manera de las japonesas, y terminaba muchas de sus frases alargando la última vocal, como una especie de eco.
viernes, 25 de julio de 2008
Final del juego
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10 comentarios:
Y qué mejor para coronar tan surreal relato que adosarle una escultura del único e incomprabale hiperrealista Ron Mueck. Mi ídolo.
Sabes que yo soñé que viajaba a Buenos Aires a las 5 de la tarde y me pasaban 789 mil cosas y daban las 7 y yo todavía tenía esperanzas de agarrar el vuelo.
Raras jugadas que nos hace el inconsciente, ¿no?
La duda que queda es ¿aprobaste? Pero me imagino que si no fuera así no estarías relatando la extraña espera de la mano de Ron Mueck.
Eso sólo debe indicar éxito.
O eso espero.
Una belleza de leer tu blog.
Me gusta la cotidianeidad teñida de esa mirada tan subjetiva.
Seguiré leyendote...
Venir a enterarme ahora que sos fanática de Ron Mueck Luisa! Bueno, mirá, en Baires muchas veces suceden cosas extrañísimas y sí, aprobé, quizá si me hubiese ido mal habría contado como me bocharon ¿no?
Hola y bienvenida quevesdelcielo!! Gracias por los mimos al blog: los peces se ponen felices cuando les dicen esas cosas!
en serio, es eso, todo, en serio?
Para evitar esos sueños horribles, lo mejor es abandonar la facultad y dedicarse a criar carpinchos. Posta.
tiiiiiiiiiiiiiin. Cómo fueron las rendidas =).
Si te venís a la UNC aca alargamos la primera vocal.
un aaaaaarazo giiiiiiigante
Hola Irina, lo que no me queda claro es si te parece poca cosa o si el asunto se te hace medio increíble (nada de eso!)
Hola Jota: no te preocupes que anduve pensando en eso últimamente, poner una bomba en Puan o algo por el estilo, que suceda cualquier cosa que te obligue a abandonar la carrera...
Vos mari, sos una cordobesa infatigable! :)
Las rendidas son surreales... y levantarse para rendir tempranito es un pecado... y dormir mal, apagar el reloj sin darte cuenta... y quedarse dormido, y y y... hablar mucho en el coloqui y no poder parar...(hoy rendí a la mañana, ja!)
Lindo, blog, lindo!!! repito, me encanta el nombre... del blog, del post.
Besos!
Bienvenida Corina, usted es la dueña de las bufandas ¿no es así? jaja. Me alegro mucho que te guste. A todo esto, siempre es preferible hablar mucho que quedarse callado. Espero que te haya ido bien. Beso!!
es increíble lo marcados que quedamos por este tipo de situaciones los estudiantes universitarios.
me doy cuenta de que todos los que pasamos por finales y parciales henos escrito por lo menos algunas líneas acerca de tal experiencia
Está bueno no sentirse tan solo... he hecho tantos amigos en los pasillos de la facultad esperando para dar un final!
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