lunes, 23 de febrero de 2009

Biografías

Los suicidas, qué raro, trabajan
siempre, viven, en las biografías
hasta el final: como si no fueran a
hacerlo, como si a ellos también
sorprendiera el desear, de pronto,
la muerte.

“Hizo esto y aquello; trabajó,
tuvo el hijo y después, en los ’70,
se suicidó”, dice la biografía.

Un hueco de escalera, un arma
inoportuna, el tren raudo, las mujeres,
su veneno, la asfixia, las arterias
descuidadas.

Los suicidas, pero qué raro, hasta el
último momento como si los
sorprendiera haciendo cosas, la muerte,
como quien intenta.

Es el relato que propicia esos
efectos, que estupidiza, simplifica
la absurda confusión de cada vida
suicidada que pasa, como de
repente, a la parte baja de un tren


Celia Eraso

2 comentarios:

Jáuregui dijo...

Muy bueno esto, che, no la conocía. Ahí en El interpretador hay uno que dice

Encerrada acá adentro, ¿cómo voy a poder
liberar a alguien más?


eso y el poema Los deudos son joyitas.

Abrazo.

Martín dijo...

La memoria me falla con Los deudos, esa línea tb se me quedó en la garganta che. Y este poema, que se io, por algo lo tuve que colgar. Abrazo loco!!