Parada en el medio de la ruta Felicidad ha creído ver, en el horizonte, el débil reflejo de las luces traseras del auto. Ahora, en la oscuridad cerrada del campo, sólo se distinguen la luna y su vestido de novia. Sentada sobre una piedra junto a la puerta del baño concluye que no tendría que haber tardado tanto. Desprende del tul algunos granos de arroz. Apenas puede adivinar el paisaje: el campo, la ruta y el baño.
Quiere llorar, pero todavía no puede. Corrige los pliegues del vestido, se mira las uñas, y contempla, cada tanto, la ruta por la que él se ha ido. Entonces algo sucede:
-No vuelven- dice una mujer.
Felicidad se asusta y grita. Por un segundo cree encontrarse frente a un fantasma. Intenta controlarse, pero el cuerpo no deja de temblarle. Mira a la mujer: nada parece sobresaltarla, tiene una expresión vieja y amarga, aunque conserva entre las arrugas grandes ojos claros y labios de perfectas dimensiones.
-La ruta es una mierda- dice la mujer. Saca de su bolsillo un cigarrillo, lo enciende y se lo lleva a la boca- Una mierda. Lo peor…
Una luz blanca aparece en la ruta, las ilumina al pasar, y se esfuma con su tono rojizo.
-¿Y qué? ¿Vas a esperarlo?- dice la mujer.
Ella mira el lado de la ruta por el que, de volver su marido, vería aparecer el auto, y no se anima a responder.
-Nené- dice la mujer, y le ofrece la mano.
Ella extiende con duda la suya y se saludan. Los movimientos de Nené son firmes y fuertes.
-Mirá- dice Nené; se sienta junto a Felicidad- voy a hacértela corta- pisa el cigarrillo apenas empezado, enfatiza las palabras- se cansan de esperar y te dejan. Eso es todo. Parece que esperar es algo que no toleran. Entonces ellas lloran y los esperan… Y los esperan… Y sobre todo, y durante mucho tiempo: lloran, lloran y lloran todavía más.
Acá el cuento completo
Quiere llorar, pero todavía no puede. Corrige los pliegues del vestido, se mira las uñas, y contempla, cada tanto, la ruta por la que él se ha ido. Entonces algo sucede:
-No vuelven- dice una mujer.
Felicidad se asusta y grita. Por un segundo cree encontrarse frente a un fantasma. Intenta controlarse, pero el cuerpo no deja de temblarle. Mira a la mujer: nada parece sobresaltarla, tiene una expresión vieja y amarga, aunque conserva entre las arrugas grandes ojos claros y labios de perfectas dimensiones.
-La ruta es una mierda- dice la mujer. Saca de su bolsillo un cigarrillo, lo enciende y se lo lleva a la boca- Una mierda. Lo peor…
Una luz blanca aparece en la ruta, las ilumina al pasar, y se esfuma con su tono rojizo.
-¿Y qué? ¿Vas a esperarlo?- dice la mujer.
Ella mira el lado de la ruta por el que, de volver su marido, vería aparecer el auto, y no se anima a responder.
-Nené- dice la mujer, y le ofrece la mano.
Ella extiende con duda la suya y se saludan. Los movimientos de Nené son firmes y fuertes.
-Mirá- dice Nené; se sienta junto a Felicidad- voy a hacértela corta- pisa el cigarrillo apenas empezado, enfatiza las palabras- se cansan de esperar y te dejan. Eso es todo. Parece que esperar es algo que no toleran. Entonces ellas lloran y los esperan… Y los esperan… Y sobre todo, y durante mucho tiempo: lloran, lloran y lloran todavía más.
Acá el cuento completo
4 comentarios:
Pobre Felicidad, llora. Que infeliz!
Gran cuento che. Me agarró un ataque de risa en esta parte:
-¿Qué hacemos?- insiste Felicidad.
Entonces Nené adivina en ella los signos contenidos del llanto.
-No se te ocurra llorar- le dice.
y yo empecé, así, a llorar, pero de la risa. Y al final. Muy bueno. Gracielita. Dame más.
Y hubo algo raro, un cambio en todo este tiempo larguísimo por el que no anduve por acá.
Ya no soy más "demasiadas golondrinas", ah?
Cha cha changes, aaaaahhh!!
Ja, Bowie Zowie.
Lo noté, viste?
Besito.
Welcome Woody!
Nadia, para mi esta mujer la rompe, colgué hace un tiempo "Mariposas" que también me pareció excelente che. Ahhhh, lo raro: solo puse una coshita para que me avise de los posteos, asi que me tira el nombre real de tu blog! Becho!!
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