A se encuentra con M en Gero, viernes dos de la matina. No se conocen más que por fotito en miniatura y descripción de Netlog. Ella mide, al tun tun, metro setenta y cinco en sandalias, está bien, ni fea ni linda, pero al rato empiezo a sospechar que no está bien del marulo. Dice muchas veces la palabra pija, afirma que para ella no existen los tonos intermedios, todo blanco o negro, las cosas se apretujan invariablemente entre esos dos polos. Después de un rato y nosecuantas cervezas encima, le confiesa, al oído de A, que a cada rato le gusta más. No se que cara pone mi amigo. Yo me voy a las cinco, con la promesa arrancada y alcohólica de armarme una cuenta de Netlog.
sábado, 26 de enero de 2008
A lo de Gero
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