viernes, 23 de mayo de 2008

Chevallier


Un texto bastante viejo que acabo de encontrar: creo que por ese entonces, preparaba o repensaba un viaje a Córdoba.


Qué contenta se va a poner al verme, piensa René, mientras clava los ojos en la máquina de café -helado y asqueroso- un par de asientos más adelante. Se pregunta, él que nunca salió de territorio argentino, como será el café en otros países, horrible, se dice, pero por algo la gente, en este micro que va a la ciudad de Córdoba, aprieta el botoncito del agua, que aunque sea pleno invierno y tarde en salir, siempre es más agradable. René escucha el zumbido mecánico del trasto, quiere dormirse pero no puede, se imagina una y otra vez la sorpresa, que más de ella comienza por ser suya, como una mascota chica que empezó a mimar hace ya una o dos semanas, al sacar su pasaje en Retiro. Cierra los ojos pero lo despabila al golpearle el brazo una mujer gorda que viene zarandeándose desde el fondo. Baja la escalera y René ve, entre nieblas, como se acerca al cubículo de los chóferes (De pronto recuerda dos cosas: la primera, una vez cuando era chico, al ver como el chofer uno, el que manejaba, le cedía su lugar al chofer dos, evitando que el otro lo apoyara, aprobando de a poco el control del volante y el acelerador. El chofer número uno, ahora, reconvertido en chofer número dos, pasaba a ocuparse de los mates. La otra es una cosa más bien extraña y morbosa: acaso provenga de un libro o de boca de su abuelo. En fin: la historia de un chofer que debía trasladar un cadáver, en su coche, desde nosequé provincia del interior a la ciudad de La Plata. La cosa es que el eje hidráulico…) y vuelve, bostezando, como queriendo murmurar que frío, pero que frío espantoso hace en este micro. Entonces René mueve los dedos de los pies, a esta altura entumecidos.

Más tarde alguien le toca el hombro, permiso, escucha, muy despacito, y siente la inmovilidad. Es de madrugada y algunos se van apretujando para comprar un sanguche o fumarse un pucho en la parada. Deja pasar y después se pone de pie, pero como voy a dejar de quererte, se imagina diciendo, ella cerca, querer, ese verbo siempre. Bajar las escaleras y las luces, los perros tirados, el olor a tristeza pura de la carretera. Lo primero es ir al baño, donde casi se queda dormido en el inodoro (ya perdió la costumbre heredada de su madre, no sentarse nunca, colocar las manos y sostenerse a pura fuerza de triceps) para luego salir poco menos que corriendo, subirse al micro y, al arrancar, pegar un grito. René se baja como puede y se sube al micro donde lee Córdoba, casi borroneado como la copia de una copia en papel carbónico.

Pasan diagonales, más y más árboles, música en los oídos (ahora Caetano Veloso) indicaciones triangulares en color verde que marcan cuanto resta, la distancia como medida cuantificable y norma. Al entrar a Córdoba recuerda cosas sueltas, un paseo nocturno, las escalinatas de la catedral, el miedo al violador del bosque. El micro da unos giros y se detiene. No es Retiro pero casi. Al ver tanta gente, René piensa que los desconocidos también lastiman. Ya no piensa en nada y se tira en una mesa con el bolso apretado. Llama al mozo. Que sencillo es quedarse, sentir, imaginar. El último sorbo de café es, para René, pura azúcar derretida.

jueves, 22 de mayo de 2008

El remisero llorón

Hace uno o dos sábados me tomé un remis hasta el centro de Ramos. Así conocí al remisero llorón: un gordito treintañero, de barba pelirroja, que iba escuchando la radio de Jesse James. Hablamos dos o tres pavadas: me preguntó para donde salía y un par de cosas sobre un barcito que clausuraron hace poco por San Justo. Promediando el viaje empezó a sonar un temita de la santa Gilda. El gordo subió el volumen y manoteo un pucho. Me acuerdo que por la secundaria tenía una preceptora muy linda con la que bailé un rato con esta canción. El remisero iba tarareando y en un momento me di cuenta, no se bien como, que estaba haciendo fuerza para no largarse a llorar. Antes de bajar me dijo “¿Que querés? Esta canción me hace mierda”.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Perro


Las patas musculosas del galgo saboreando la tierra
la vista fija en un señuelo que no comprende
su lengua es un juguete rojo
que sobresale en la cara moteada. Da un giro
sorprendente en el vértice
un pibe, acodado a la baranda, le pregunta a otro
quien va ganando. Toda la asfixia del perro
como si quisiera migrar hacia la noche
saldar en esta tarde todas las hambrunas
mientras busca adelantar al número ocho.
Dale, Dale, Dale
corré puto corré
que nuestras vidas acá se enrriedan
ganes o pierdas
tu cintura es invisible y yo quisiera
al verte, cuanto quisiera
celebrar chamuscado de cansancio
sonso y orejudo
el fracaso de haber vencido a mis oponentes.

martes, 13 de mayo de 2008

De carne y hueso


Pixeloo

viernes, 9 de mayo de 2008

De casorio


Ayer uno de los chicos me mostró esta foto. El tiempo, en estos casos, se mueve superpuesto, a un ritmo de cinco o seis simultaneidades por minuto. Fines de marzo, casa quinta para el lado de José C Paz, enjambres de mosquitos merodeando el cuello. Los cinco, después de transpirar el pedo con el bailongo y el inefable carnaval carioca, haciendo tambalear un tobogán no permitido para mayores de quince. Me acuerdo que esos zapatos y la camisa oscura fueron un préstamo de mi viejo: lo único que tenía- y sigo teniendo- son los leñadores que usaba para la secundaria. Después de eso, algunas imágenes: Paula semidormida en el baño de hombres, mientras su hijito Martín pataleaba sobre la verja de la pileta; dos mozas que, al finale, rejuntaban todos los culitos de las botellas de vino y metían el líquido en una nueva, para después meterle a presión el corcho; la vuelta a casa en el 306, conmigo dormitando, la ventana abierta al tope y la música de Los Ramones a todo-lo-que-da. Nos preguntamos quién será el próximo. Aquellos que no se sacan la corbata después de tres o cuatro horas de casorio, son los que vienen más asentados en el asunto.

martes, 6 de mayo de 2008

Ya empezó!!!!

¡Y vamos a estar ahí!

Toda la info acá

domingo, 4 de mayo de 2008

Revelación

Aparecés así
en el trance de una noche cualquiera
diciendo que extrañabas el pasto
el trepar a los árboles
la humedad de un aliento de perro.

Venís y te adueñás de las cosas
como si tu ausencia no hubiera existido:
retozás en la tierra
en el aire
en el tiempo.

Todo te pertenece
decís
por cortesía de tragedia.

La memoria de los ojos
atraganta el misterio.
Y yo no sé si contarte
que tu muerte es una casa de horneros
sobre el nogal de un campo en venta.

Melina Cavalieri

miércoles, 30 de abril de 2008

Para terminar abril bailando free dance

Uf, que ganas de golpear tachos con una ramita y que salgan luces...

domingo, 27 de abril de 2008

Gelman

Fines de la década del 80, no recuerdo bien si año 87 u 88. Varias de las revistas de aquella época: La trompa de falopo; Un huevo y medio; La mineta; Epitafio y lamás médula, que era la nuestra. De seguro me olvido de alguna otra. Bueno, la cuestión es que teníamos nuestra base de operaciones en la casa de Evaristo Carriego, allí funcionaba la única biblioteca del país específicamente dedicada a la poesía; no sin orgullo debo decir que ésta fue posible gracias a una iniciativa nuestra (cuando digo nuestra me refiero a todas las revistas que mencioné más arriba). La biblioteca fue bautizada “Raúl González Tuñón”. Para la inauguración cortamos la calle y tocaron Baglietto, el Tata Cedrón, que musicalizaba poemas de Vallejo, Gelman y Dylan Thomas, no me pregunten cómo lo hacía, pero les aseguro que es toda una experiencia escucharlo. Me estoy yendo por las ramas (típico de viejo).
Bien, en esa biblioteca se gestó lo que se dio en llamar La Bienvenida del Regreso a Juan Gelman. Después de pelear unas semanas con el secretario de cultura de Alfonsín, conseguimos que nos cedieran el teatro San Martín. Como nos vimos desbordados por la convocatoria, llegaban pibes de todo el país, el PC (algún día habrá que reconocerles que en materia de cultura son unos verdaderos revolucionarios) nos prestó una vieja casona en la calle Guardia Vieja para alojar a la gente que llegaba del interior y que no tenían donde parar. Además (y hablando de guardia vieja) nos facilitó unos cuantos monos bien musculosos para custodia personal de Gelman. Recuerden que por aquellos años el aparato de la SIDE no estaba del todo desmantelado; y a Gelman se la tenían jurada los milicos y, por si fuera poco, también la cúpula de montoneros. Sintetizando, Gelman regresó al país después de muchos años de exilio. El acto resultó todo un éxito, metimos más de 1500 personas. Imagínense 1500 personas escuchando un recital de poesía (surrealismo puro) El mismo Gelman no salía de su asombro. Terminado el recital, Juan había prometido que pasaría por la casona de Guardia Vieja para tener un encuentro personal con los jóvenes. Nosotros teníamos dispuestos dos coches en la puerta del teatro (con toda la monada del PC) para llevarlo directo a la casona. Cuando le dijimos al tipo, nos sacó cagando. Uds están en pedo si se piensan que después de tantos años sin respirar el aire de bs as me van a llevar en coche y encima custodiado por el PC. Pero Juan… Nada, no hubo caso. Y tampoco me hagan seguir por los coches, déjenme caminar solo. Y así fue. Nosotros, cagados hasta las patas, estábamos esperando en la puerta cuando vemos aparecer una sombra que venía caminando con las manos en los bolsillos y silbando un tango. Se quedó como hasta las cuatro de la mañana chupando mate y vino del pico de una damajuana porque no teníamos ni vasos.
Y, lógicamente, se fue caminando solito y medio en pedo.

Néstor Colón

jueves, 24 de abril de 2008

El arte del reencuentro

De "Habrá que poner la luz" de Damián Ríos

"Ahora me pregunto si contarte mi historia sirve para algo, si esta bien que sirva o que yo me lo pregunte. Dicen que T.S.E. escribía para olvidarse de que sentía, eso es muy anglosajón. O al menos uno se hace la idea de que lo anglosajón es así, frío. Está la anécdota de T.S.E. y su mujer, Vivienne. Viste que la pobre mina menstruaba cada tres días o algo así, bueno la chabona entró a descontrolar y el bueno de Tom se separó y nunca más la quiso ver. Yo no sé, pero creo que a la mina incluso la internaron, bueno, la internaron y la mina en un momento salió y lo entro a perseguir por todo el mundo. T.S. había ordenado a los amigos comunes que estaba absolutamente prohibido darle a ella información acerca de dónde vivía o cosas así. Tal vez estaba muy preocupado por terminar los Cuartetos. Si es así, yo se lo agradezco, perdón Vivienne. Pero lo cierto es que la mina un día lo encuentra, en una conferencia. Se entera y lo va a buscar, no sé donde. Termina la conferencia y ella lo encara, Oh, Tom, le dice, y abre los brazos y él estira su mano y responde, encantado de conocerla, Thomas Stearns Eliot".

martes, 22 de abril de 2008

Poema Heavy

Cascara:

cubrir de maíz a la paloma
toneladas de maíz sobre el lomo
de la pobre inmunda
pico de lata {marzo es eso y no otra cosa}
pero continúo

...

todos mis compañeros trepaban más alto que yo
{cáscara de árbol}
maíz sobre ellos y sobre sus casas.


Leandro Jauregui

(www.pulpadetodo.blogspot.com)

domingo, 20 de abril de 2008

El pasado (no es solo de Alan Pauls)

Encontré una foto tuya detrás de un almanaque muy viejo, estaba casi amarilla y en realidad me sorprendió, primero verte, darme cuenta que parecías mas vieja cuanto menos años tenías (¿veinte? ¿veintiuno?) en tu propia casa, amargada y con una sonrisa que me traía cronologías incompletas. Me acordé de una frase de Adorno (“… la Historia irrita al hombre moderno, así el pasado se torna para él en objeto de ira”) pero no es ira lo que siento, ni miedo, solo ganas de echarme en la ventana, haber aprendido a tocar la guitarra o el piano, ganas de pasarme la tarde entera mirando películas de terror. Pero hay otra cosa en un rincón, un lente pequeño, una especie de microscopio al pasado: mi viejo viste una campera de cuero y todavía tiene pelo, parece otoño, todo está tan oscuro y silencioso, no hay nadie cerca y del otro lado, en la parte derecha, mi madre. Mi madre contenta, luminosa y con el flequillo sobre los ojos. Eso debe ser un circo de provincia, pobretón, con payasos venidos a menos, desganados ante tal ausencia de público. Entre medio algo que parece obvio: un chico, de unos cinco o seis años, mirando la cámara con desconocimiento brutal de ese otro que, casi veinte años después, intenta imitar esas mismas muecas cegadas.

martes, 15 de abril de 2008

Pehuajo


Cuando me siento muy solo empiezo a caminar
calculo cuantos pasos
hasta la cocina, el jardín, ida y vuelta
las escaleras, después la terraza
tres veces
90 pisadas
tal vez menos. ¿Por que no puedo quedarme quieto
como un cieguito espantado?

lunes, 14 de abril de 2008

Spirit on the water (vivo)

Hace ya un mes que Bob me rompió la cabeza en Velez. Este tema tiene un nosequé fascinante: tal vez sea el ritmo cansino que funciona como soporte a la voz de Dylan o la poética de un tipo que, a los 66 años, pide que alguien le ponga un poco de azúcar en los huesos. Atenti a la cadencia y a los gestos del viejo cowboy.

Sábado

Me gusta la chica de los aparatos, me gusta como me mira, como me presta atención y sonríe cuando digo algo. Cuando pasa al revés, lo de siempre: el instante en que la estructura se viene abajo y ya no sé si mirarle los ojos, la boca, o qué. Después, me doy vuelta para escuchar el comentario de otro sobre una película de Antonioni y la siento ahí atrás, mirando al balcón o al que habla, pero no, mi nuca, mi espalda, el vaso de vino que vuelco sobre un sueter blanco (el tinto no sale más y me estoy riendo). Afuera, el frío me hace sentir algo que acabo de escribir en otro post: una latencia que se toma vacaciones cada seis meses: pienso que en Europa está avanzada la primavera y eso me entristece. También me acuerdo de algo que leí sobre Kurt Cobain: usaba un montón de remeras, una arriba de la otra, para no parecer tan flaco. Yo también parezco más grandote en invierno.

miércoles, 9 de abril de 2008

Cartas (maravillosas)

De César Mermet a Félix della Paollera, en agosto de 1965:

“...¿Sabes que ando como entre dos tiempos, caminando por la calle?, ¿que ando soñando, como extático, como distraído hacia lo hondo, como olvidado y en plena memoria, en el seno de la memoria... como en pleno deslumbramiento del único recuerdo importante, como ciego y vidente, como flotando y pesado, ligero y denso, ambulante y rectilíneo, deambulando y clavándome en un punto al que soy lanzado como una flecha...?”

“Sé decirte que quisiera morirme en medio de una última experiencia como ésta, que es duro seguir viviendo con la perspectiva de caer a la ridícula mentira del tiempo puro. Mentira. Sartre miente. Ahora lo sé de cierto. No vivimos o no deberíamos vivir, o no es nuestro destino vivir en el tiempo. Sino en un filo de navaja, en un borde, en un cruce, en una intersección del tiempo y la eternidad. Eso es lo que siempre supo el poeta, que amó en lo único su unicidad y su universalidad, su singularidad y su esencia total, participante de todo. Y la condición temporal, limitada, efímera, y a la vez la inexplicable eternidad de seres y cosas, que se revela con cierta mirada. Y es con la condición de que sepamos mirar de esa manera que la moral se cumple, que la caridad tiene lugar, que el poema nace, que la vida es justa, que la comunicación existe, que el arte es verdadero, que la creatura se salva... Y privado de esa visión, se pierde. Penosamente se pierde. Y el infierno es el tiempo. Caer a condición de condena y sujeción del tiempo y del espacio...”

lunes, 7 de abril de 2008

Festival Espacios Comunes


Espacios Comunes es un proyecto gestado por y para Argentina y Chile, con el fin primero de promover el encuentro cultural entre ambos países y divulgar el trabajo realizado por compañías de estas naciones, además de textos iberoamericanos de diversas poéticas y estilos.
El festival tiene como propuesta eje abordar textos de dramaturgos extranjeros y apropiarlos desde una teatralidad local, y se realiza gracias al aporte del Fondo Iberoamericano de Ayuda Iberescena, que designó al proyecto, presentado por las directoras Luisa Ballentine y Lucila Piffer, como uno de sus ganadores en la versión 2008.
Dos elencos chilenos están a cargo del montaje de dos reconocidas piezas del teatro nacional argentino, “Los Albornoz. Delicias de una familia argentina”, de la Banda Teatral Los Macocos, y “Saverio el cruel”, de Roberto Arlt, montadas por las compañías La Factoría, dirigida por Marcos Belmar, y La Vieja Fresia, al mando de Javier Ibarra, respectivamente.
Asimismo, Sebastián Ricci y Carlos Ianni, argentinos, presentan “El Desvarío” de Jorge Díaz y “Monogamia”, de Marco Antonio de la Parra, como contrapropuesta; a la vez que Pablo Krögh mostrará, por primera vez en Buenos Aires, la premiada “El Quijote no existe”, también de Jorge Díaz. Lo propio harán los directores Armando Saire y Leonardo Odierna, con el montaje “Bengala”.

(A partir de mayo: acá el calendario)


domingo, 6 de abril de 2008

Sobre una noticia fantástica

Dos personas hipnotizan a la cajera y roban 500 euros de una oficina de cambio de divisas en Italia
EFE
ROMA

Dos ciudadanos italianos robaron 500 euros de una oficina de cambio de divisas del aeropuerto de Treviso (norte de Italia) tras hipnotizar a la cajera con "una pocas palabras cadenciosas" y repetidas de forma continuada, acompañadas de "una serie de gestos particulares", han informado medios locales.
Con esta técnica, lograron "inducir" a la cajera de la oficina, a la que pagaron una recarga de diez euros para el teléfono móvil con un billete de 500 euros, a que les diera no solo el cambio -es decir, 490 euros-, sino también el billete que le habían entregado en un primer momento.

"No me daba cuenta de lo que pasaba, no entendía nada, y esta persona logró inducirme a lo que hice sin que yo me percatara", ha declarado la empleada a medios locales. Según la policía, que detuvo a los dos presuntos ladrones en Nápoles, donde residían y se sospecha cometieron delitos similares, estos conseguían adormecer a sus víctimas, que permanecían aturdidas e inconscientes de sus actos mientras ellos les robaban o estafaban.

La captura se produjo tras un "despiste" de los hipnotizadores, que recargaron un teléfono móvil con una tarjeta de crédito cuyo robo había sido denunciado, lo que permitió a los agentes conocer el número de los presuntos delincuentes e identificarlos.
La policía sospecha que los detenidos, de 47 y 57 años, están detrás de varios delitos cometidos usando este tipo de técnicas en distintas zonas de Italia.

viernes, 4 de abril de 2008

Gospel

Caigo en esa vena sin brillo, humedecida
por crema de afeitar: imaginaba
un huerto con grumos de manzana
carozos en el suelo del patio y la voz
de mi abuelo
un termo metálico
un solcito pequeño
del lado de acá de la ventana. Él habla como si
invocara una momia, con el desasosiego
de quien toca todo lo que ve.

miércoles, 2 de abril de 2008

Si, estamos todos locos

Me entristece, pero no tengo posiciones concretas, inamovibles: siento que todo puede ser enmarcado en este vector (y por momentos me la creo y planto bandera) pero después ahondo en la otra parte del discurso, en el mecanismo retórico y las posiciones ideológicas de los huelguistas. Tengo una posición encontrada, divergente. Me falta información, ganas de pensar, ganas de discutir. Pero también es cierto que todo parece moverse debajo de la superficie, en una zona poco clara, en la cual el análisis debe orientarse tanto hacia los procesos históricos generados por el agro, los pormenores del aumento de las retenciones (me gustaría pensar en una distribución más equitativa de la renta nacional) o esta especie de lucha dialéctica entre distintas clases. Desde siempre me asusta mi enorme capacidad de funcionar como solvente, mi escaso apasionamiento: me encantaría ser de esos que levantan la voz en una sobremesa, para gritar a favor de la carta que estuvo circulando por todas partes, a causa de las lecturas poéticas organizadas por el gobierno de Macri o declamar posiciones a favor o en contra de la violenta medida de fuerza campestre. En estos días, además de interiorizarme y diluirme a la vez, estuve leyendo por puro placer no académico. Cosa rara y asombrosa que en verdad extrañaba mucho. Lo últimos libros, durante el verano, habían sido un poemario de Fabián Casas y sus Ensayos Bonsái. Ahora me atraganté con dos de los regalos de mi cumple: una obra de teatro de Javier Daulte y otra de Daniel Veronese. La segunda (Del maravilloso mundo de los animales: los corderos) en apariencia más profunda y virulenta, bordea extravagantes encuentros familiares con tópicos que susurran en voz no muy alta acontecimientos de la última dictadura. Ni mal ni bien, pero me aburre la recurrencia. Criminal, de Daulte, es una obra seudo policial, fantástica y desopilante, mordazmente psicoanálitica y con un ritmo patotero.
En otro orden de cosas: hoy tuve un rapto de imaginación extraño. Imaginé que me robaban, me hacia el valiente y me pegaban un tiro en la panza. Primero sentí que no estaría mal morirse de esa manera, que de pronto todo el cansancio se venía y ahí terminaba la cosa. Estaba bien. Después me di vuelta y me dije que quería vivir (mientras pasaba por la panadería pensando en comprar o no unas facturas) que todavía me faltaban bocha de cosas por hacer.
Ahí pasó algo raro: sentí nauseas, el balazo había sido en el estómago y no era anormal que empezara a vomitar. Eso me espantó. Después llamaba a mi viejo por celular, le decía que me estaba muriendo y que me viniera a buscar en la esquina del super de los chinos. Ahí terminaba el asunto.

sábado, 29 de marzo de 2008

Capsula de emoción

Hace un tiempo largo, una persona muy querida me mostró este video. La terrible hermosura (lagrimógena) se llama "Father and daughter" y es un trabajo con acuarela de Michael Dudok de Wit.

martes, 25 de marzo de 2008

Poema número I


No hay bondi ni milagro alguno
que arribe a esta densidad: la solución
es caminar sobre las huellas de los caballos
nunca la bosta
para aliviar el dolor de los talones;
un cazón llega desde su planicie marítima
puedo imaginarlo
buceando en círculos y arrumado
al color azul de las perlas:
a veces un espejo y el cielo
brindan la misma secuencia.

Y cuando la caña finalmente se agita
han transcurrido un segundo o meses o años
en perfecta y sistemática quietud
es válido preguntarse quién ha llegado acá a morir
como la sombra de un objeto constante
pero el mar
de proporciones colosales
es el verdadero relámpago.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Este es el año de la rata


Soy un Tilo en el horoscopo celta y mi ¿virtud? es la duda.

pd: acepto cualquier tipo de regalo!

lunes, 17 de marzo de 2008

Ya sale ( o salió)


Dig, Lazaruz, dig!
por Nick Cave and The bad seeds

Me dijeron hace poco

Hola señor Mandarina, ¿me convida uno de sus gajitos?


Y te juro que me caí de ternura.

viernes, 14 de marzo de 2008

10 razones para ver a Bob Dylan


1) Te vas a cenar hasta empacharte toda la voz y las gárgaras del viejo Cowboy.

2) Por que el Never Ending Tour es el rapto volador de alguien que no quiere ni puede volver atrás, la gira como un viaje ininterrumpido al no-retorno.

3) Modern Times es un discazo.

4) Si tenés más de cincuenta, es probable que discos como Blonde on Blonde o Highway 61 Revisted te hayan roto el alma.

5) Te vas a dar cuenta que a León Gieco no se le ocurrió de la nada eso de tocar la armónica y componer canciones sobre la libertad y la guerra.

6) Mierda, es Bob Dylan, jamás pensaste verlo en vivo.

7) Cuando suene Highway 61 Revisted, vas a ver miles de cabezas repletas de cáustica lunar agitándose, arriba abajo, arriba abajo.

8) Como se desprende de Foucault, vas a verificar que el aura perdida de los objetos estéticos recae en los grandes iconos populares (bueno, quería decir que leí ese artículo)

9) Tenés un miedo extraño de que la banda suene peor que nunca, que la voz de Dylan se quiebre o no se escuche una mierda, peor aún, que Bob sufra un infarto en el escenario, pero ¿sabes? Nada de esto va a pasar y va a ser un gran show.

10) Por que la estatura poética de Dylan le permitió emparejarse con grosos de la poesía yanqui, componiendo bestialidades como Fourth time around, Desolation row o Like a Rolling Stone (a veces no puedo creer la terrible modernidad de este tema)

miércoles, 12 de marzo de 2008

Al invisible (o no) lector puanesco

Parece que la materia "Problemas de Literatura Latinoamericana" que figura en el cronograma de la carrera de Letras en este primer cuatrimestre, representa la ruptura y posterior reunificación de la catedra primigenia fundada por David Viñas (si, de él estamos hablando) Acá, el entretejido del asunto, según María Iribarren.

martes, 11 de marzo de 2008

Ornamentos


El problema de escribir haciendo caso omiso a cualquier tipo de elipsis es que el texto se entorpece de comentarios redundantes. Para que aclarar que hacia un frío insoportable si ya dije que ellos dos se frotaban las manos delante del fuego. Esas cosas. De chico me sorprendía, por ejemplo, que los soldados, cuando hablaban por radio, dijeran “cambio” cada vez que terminaban su parlamento. ¿El interlocutor no se daba cuenta por la entonación cuando terminaba la pregunta?


Mi trabajo sobre literatura alcohólica se está complicando. Como me sucede cada vez que preparo un examen, me interesan más los datos coloridos, poco redundantes, que el lento aprendizaje- mediante repetición- de la bibliografía obligatoria. Scott Fitgerald chupaba, en sus últimos años, alrededor de 20 botellitas de cerveza diarias; Faulkner, quizá para no perder su ritmo literario, alrededor de 25 martinis. Dylan Thomas murió de una crisis etílica después de mandarse 18 wiskies por la garganta.


Acabo de pensar que doy la picture exacta del chabon al que no le importan demasiado las mujeres. Mi hermano está haciendo un despelote bárbaro desde las once, cinco o seis amigos, otras tantas femmes. Voy a buscarme unos sanguches de miga y apenas saludo, hola, que tal, me quedo hablando sobre la serie de Stargate un rato y si es esencial o no contar con una buena cintura para bailar salsa. En Stargate (la película, aclaro) se me mezcla cierta fascinación por el género fantástico con un recuerdo familiar: fue una de las dos o tres pelis que fuimos a ver en familia, hace mas o menos diez años, cuando el cine de los miércoles salía 3 mangos con 50. Pero volvamos: una de las chicas se me queda mirando como si fuera una aparición fantasmal a las cuatro y pico de la madrugada. La cocina está repleta de envases de cerveza y por la tele pasan un video de los Cafres. En un par de segundos recorro mentalmente un montón de episodios semejantes. Si. Doy esa pinturita exacta, como si estuviera pensando en otra cosa o tuviera siempre mejores cosas que hacer.


El sábado le saque lustre a mi faceta de eterno outsider durante el recital de Interpol en el Gran Rex, primero que nada, me sentí algo así como un cronista de la Rolling Stone que solo puede comentar estupideces. Por ejemplo, que los videos de leones o pumas deglutiendo sus presas era el contraste ideal ante el estático acting de los músicos. Que si fuera mina no podría enamorarme del cantante, casi seguro del bajista o el batero, por ejemplo. O que la manera de moverse de la primera guitarra me hacia acordar a Woody, el fenomenal vaquero de Toy Story.

viernes, 7 de marzo de 2008

Intrusiones

I

Una vez que abandono el pedalín de la bicicleta y el manubrio roto, me meto en la casa. Intento no hacer ruido, las chancletas adhiriéndose a la cerámica, la puerta vaivén, todo para no despertar a Lorena, pero ahí está, recién levantada, sacando las migas del mantel. Ella espera a sentirme cerca para darme un beso, uno de esos besos con mucho ruido, descaradamente pastoso, y me cuenta que tuvo un sueño terrible en el que la confundían con su abuela: su madre le repetía una y otra vez que debía de estar muerta mientras ella gritaba que no, no podía ser, la abuela era una mujer distinta. Yo me acordé entonces de la muerte de mamá, aquella vez, en el sanatorio, cuando le confesé que la quería mucho. Lo cierto es que tuve suerte, la mañana siguiente me avisaría mi hermano que la pulmonía la había matado durante la noche, no sufrió, aclaró mi hermano, no sufrió nada. En el sueño de Lorena no sucedía nada más, o por lo menos ella no recordaba, era su abuela y nadie lograba entender como no seguía enterrada en una fosa de la Chacarita.
Después del desayuno y una buena ducha fumo escuchando un disco de Led Zeppelin. Siempre he creído que The raing song es uno de los mejores temas de la historia. Afuera todo igual, triste y para la mierda. Lorena me recuerda que vienen sus padres en eso de las siete, me lo dice como si pudiera olvidarlo, pero si, lo olvidé por completo. En eso Fidel abre la puerta goteando mugre, empieza a joder, tiene hambre y se le nota horrores.
- Vení- dice Lorena- vení que te limpio las patas.
El perro ni cinco de pelota.


II

Sus viejos llegan puntuales. Hablan los dos demasiado, son simpáticos pero algo irritantes. Yo fabrico los comentarios justos y cada tanto me voy a pavear con Fidel, le pateo la panza jugando, le hago mimos. Sé que Lorena le tiene bronca a estas actitudes, ella sale a buscarme, ya casi está la cena, me dice. Cuando voy entrando la escucho. De golpe. Un grito corto, de esos gritos sin eco. Primero siento la cara de mi suegro buscándole el cuerpo a su hija. Después me doy vuelta sin entender por que tanto despelote, por que Lorena mira asqueada la boca del perro, por que su madre, la que en el sueño la creía muerta, dice sacalo, sacalo rápido. Entonces veo al pajarito y yo también me asusto. Una vez, a los quince, entré a mi pieza de madrugada y al prender la luz encontré a mi perra temblando, parada al lado de mi cama. La perra me miraba y entonces noté el vientre abierto y la sangre que chorreaba. La panza era un cráter que había explosionado desde dentro. Tardé unos segundos en reaccionar, el animal me buscaba triste mientras me iba llegando el olor podrido de la sangre y las entrañas. Aquella vez también grité antes de despertar a los viejos: un grito parecido a este, sorprendido, con poca fuerza, como si alguien lo tironeara hacia atrás como se sujeta una correa. Ahora mismo, no sé explicarme mejor, sobresale por la boca de Fidel la pata y un montón de plumas. Veo, como si estuviera en otro plano, la manera en que Lorena se estira y ante la retracción de Fidel apenas consigue quedarse con un pedazo de alita en la mano.
Yo pienso en un tenedor, algún cubierto, un sacacorchos para hundirlo en la boca del perro y revolear de un tirón, de izquierda a derecha, la porquería a mitad comer.
Cuando vuelvo de la cocina mi suegro está agarrando al perro de las patas traseras y Lorena, con cara de asco, le abre el hocico. Una vez que lo saca y el perro queda liberado, le salta encima y Lorena cae para atrás, en cámara lenta. “Se va a romper el cuello” me digo, pero cae de culo, a lo sumo se rompió el traste.
- ¡Salí boludo! ¡Salí de acá!
- ¡Hace algo!- me gritan, pero ni modo: Fidel salta y Lorena levanta al pájaro medio comido, lo mueve de un lugar a otro y el pájaro se va deshaciendo, tal cual, una locura, se va deshaciendo como una fina lámina de cartón mojado: primero la pata, después la cola, el cuello desarticulado que se tuerce hasta posiciones inverosímiles.
- Quedate quieta
- ¿Qué?
- Que te quedes quieta pelotuda, el pájaro, ¿no lo ves?
Pero Lorena no me entiende y yo de golpe me empiezo a reír, no puedo parar, me caigo de la risa y entre los ladridos es la madre de Lorena la que me escucha y me odia, la que piensa que me volví loco. Finalmente todo termina cuando mi suegro se acerca harto y mete un formidable puntapié en el trasero peludo de Fidel. Lo que ahora vuelve a quebrar el aire es otro gritito demente de Lorena al mirarse la mano, al arrojar al pasillo, cerca de la bicicleta, los restos apelotonados y desgarrados del animal.
Como una histérica abre de un tirón la puerta y entra en la cocina.
- Semejante despelote por un pájaro- le digo a mi suegro, recordando que tengo el sacacorchos brillante en la mano, casi como si quisiera asesinar a alguien.

lunes, 3 de marzo de 2008

La parte secreta de un paracaidas


A las seis de la mañana los gatos del Jardín Botánico se esconden debajo de los bancos o te miran pasar, con esos ojos manzanales de cerámica nocturna. Un gordo viene de frente escuchando una canción de Hilda Lizarazu. No se sabe si está triste o contento, mueve un poco la cabeza pero se nota que está compenetrado en el camino, como si fuera posible equivocar el paso y caer de pronto por una boca de subte. En realidad no está demasiado lindo para quedarse fumando a la intemperie, pero es así como la veo: algo como una comadreja del tamaño de un perro Schnauzer, bordeando un arbusto, arrastrando una cola de rata gorda y pesada. Me hecho hacia atrás hasta casi caerme con el cordón de la vereda. En realidad no se que es, digo comadreja gigante, pero mirando ahora las fotos a través del google, es imposible. ¿Una especie de mutación urbana? ¿Una cruza extraña entre gato y rata? Por Santa Fe vagan los coches como si buscaran una escapatoria de la luz o de Buenos Aires. El tiempo se hace lerdo, la velocidad no funda el olvido. Desaparecer no es sonreír, dice Charly, dice también el comienzo de un poema que escribí hace mucho. Me pregunto entonces que ocurre cuando se entrecruzan los ciclos, cuando algo del otro se empieza a permeabilizar despacito, como si un error de cálculo hiciera posible el entrecruzamiento de las franjas. Igual que en Cicatrices, esa maravillosa novela de Saer. ¿Qué sucede cuando la gente cambia y se nos tornan de pronto desconocidos? ¿O lo que cambia es nuestra consistencia, nuestra superficie? Camino hacia Borges, se que la tristeza y el malhumor son mas contagiosos que un bostezo. Mientras, Ocelote alondra de Buscaglia suena en las orejas.